Carta número 1 para mi yo del futuro

Carta Nro 1 a mi yo del futuro.

Me he mal acostumbrado a valga la redundancia malas costumbres.

Sin proponérmelo siquiera, cosecho traspié a traspié

las semillas del auto-boicot que secretamente planté.

Ya ni siquiera se trata de no saber dónde uno está parado.

Es hora en este round de mantenerse a flote y dirigirse

chapoteando con dignidad hacia algún lugar.

Un paso: indecisión, ansiedad, uñas comidas, desorden, lapsus del propósito. Culpas echadas, piñas al ego, arrepentimiento y tantas otras cuestiones que se apelmazan en el corazón, tan desordenas e inconexas pero inevitablemente simultáneas, que me anclan a este presente de una forma miserable.

A la deriva sin bote ni urgencia, solo puedo decir de este limbo cómodo y burgués, que es igualmente paralizante y oportuno.

En momentos que es necesario divorciarse de malas costumbres casi como agarrar un pescado con las manos en un río, solo queda dejar de sopesar cuál es la batalla a pelear.

Solo pelear por aquello que vale la pena.