Ketsuekimajo-baba

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" 魔女"

Narrador Omnisciente

— Lo he visto, Nikkita-kun. A menos de quinientos metros hay un cuarteto de encapuchados, se dirigen hacia la misma dirección que nosotros —le informó el lobo más joven de todos, Inochi. El de coleta tronó sus labios y limpió el sudor que corría por su frente. Lo único que cruzó por su mente fue, Akatsuki. Claro que necesitaría apoyo, probablemte podría derrotar a dos, pero cuatro era algo imposible.

No.

¿Qué estaba pensando? Tenía que detenerlos, no podía permitir que la organización fuera también a por Nashiro, mucho ya tenía con el clan Tayori.

— No tenemos de otra, tendremos que pelear —rugió Nikkita con euforia, haciendo que sus dos acompañantes caninos aullaran. Después de todo, siempre estaba listo para morir y hoy era una linda noche para hacerlo. Volvió a retomar su recorrido y los cascabeles que colgaban desde su coleta sonaron al emprender marcha, haciéndolo recordar de inmediato a su capitana de escuadrón— al menos mi muerte debe servirte de algo, Nashiro-senpai.

Un destello blanco cegó a todos los que estaban dentro de la habitación, por inercia todos llevaron sus manos hacia sus ojos, para evitar que la luz se filtrara a través de sus párpados y bueno, Kakashi solamente pudo cerrarlos con fuerza. Ninguno de los presentes tenía una idea de lo que era el verdadero poder del Sello de dragón, ni la mismísima anciana del clan Tayori, esto que estaba presenciando era algo completamente nuevo.

— Mierda, esto es... Hermoso —acotó Orochimau, intentando de ver a Nashiro a través del destello de luz, igual y podía cambiar de planes, admirando todo el chakra que se desprendía desde aquella luz cegadora, podía imaginarse el poder que aquella chica poseía, incluso podía descartar a Sasuke para usar su cuerpo como nuevo envase. Increíble.
Se escuchó el sonido del filo de la espada de Sasuke contra las cadenas que aprisionaban al Hatake. Liberándolo de tan incomoda y dolorosa posición. Las palamas de sus manos presionaron el piso, mientras intentaba de reponer su postura.

El destello había perdido fuerza, pero aún los afectados continuaban ligeramente aturdidos.

— ¡Ya basta, Nashiro! Déjate de juegos —bramó Kurona, dejando claramente que estaba más que enfadada. No tendría otro remedio, más que llamar a la única persona que podía controlarla, una mujer que era caoaz hasta de controlar a seres que no eran parte de su dimensión. La peliblanca no hizo caso y preocupada se acercó a Kakashi para auxiliarlo

— Estoy bien —le asegura el peligris con la voz más ronca de lo habitual. No estaba muy convencida de aquello y con trabajos ayudó a Kakashi para que se incorporara de pie.

Orochimaru le miró con una ceja arqueada, curioso, quería ponerla a prueba, para ver de lo que era capaz de hacer, por lo que llevó su mirada a Sasuke, quien mantenía su ceño fruncido en Nashiro. El Uchiha iba a atacarla en cualquier momento, pues sus ojos habían pasado de ser completamente negros a dejar a la vista su sharingan las tres aspas girando en círculos para dar paso al mangekyo sharingan. Un sonrisa retorcida se formó en el rostro del Sannin, la única distracción que podía tener Nashiro en este momento era Kakashi y aprovecharía su guardia baja para en cualquier momento...

— Sabía que me necesitarías, Kurona —repentinamente otra voz femenina intervino en los pensamientos de las cinco personas dentro de la habitación. Todos detenidamente llevaron su vista hacia aquella presencia, menos la anciana. Una melena larga y oscura, un ojo aparentaba ser de cristal, mientras que el otro era de un color miel. Su rostro estaba arrugado, incluso más que el de Kurona, pequeñas verrugas adornaban su rostro y una más grande en su nariz. Ambas de sus manos reposaban sobre un bastón de madera, con uno que otro detalle de oro y lo más llamativo de su rostro era la gema escarlata que estaba incrustada entre sus dos ojos. No tenían idea de cómo podía estar de pie, esa mujer parecía de más de cien años y les sorprendía que ninguna cana apareciera en su cabello. La pelinegra llevó su vista hacia Nashiro y al instante una sonrisa se formó en su rostro, mostrando lo incompleta que estaba su dentadura— así que eres tu la niña que porta el Sello de Shiroku Tayori — la albina sintió la penetrante mirada de aquella anciana, se sintió inmóvil, incapaz de emitir algún movimiento al igual que Kakashi— déjame presentarme yo soy Ketsuekimajo-baba, en mis tiempos de joventud era conocida como la única shinobi que podía hacer justsus con sangre... Pero ahora la gente me conoce como una desagradable bruja —cautelosamente se acercó a Nashiro y extendió su mano a ella, sus largas y puntiagudas uñas tocaron la desnuda piel de sus hombros, haciendo un fino corte en aquella zona, de inmediato un hilo de sangre escurrió. La uña se manchó de aquel líquido cálido y sin trabas la anciana llevó la uña de su dedo índice a sus labios, sacando su lengua para saborear la sangre de la joven— conocí a tu padre desde que era un crío y trabajé para el por muchos años, por lo tanto yo soy la única que sabe los secretos más oscuro de tu Sello, tanto así que puedo crear posiones con tu sangre. Ahora que he probado tu DNA, puedo ser capaz de controlarte.

cursed; Kakashi Hatake [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora