Capítulo 49

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3 - Britney Spears.

Narrando Nicole Carson

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Narrando Nicole Carson.

He sido muy bien recibida en la casa de Maximiliano. Un bombón de cuatro patas ha estado tan contento de tenerme por los pasillos, que no se me ha despegado desde entonces. Hasta duerme conmigo, cosa que al parecer no estaba permitido hasta que llegué a romper la regla.

Ups.

Me he establecido en la misma recámara en la que estuve la última vez que vine a Miami, aunque ahora es mi recámara permanente. Quizá por eso no hay mucho que pueda discutir Maximiliano respecto a Chéster si no está durmiendo en su cama, sino en la mía.

Dijo que podía hacer con mi recámara lo que me diera la gana, compartirla con Chéster no es un problema. De todas maneras adoro tener un segundo oso de peluche como él para abrazar por las noches. Dudo que Max Jr. se vaya a poner celoso.

Ahora tengo que cubrirle las espaldas al oso, porque Chéster ya le echó el ojo. Si en una de esas me descuido, Chéster se va a adueñar de él.

Al estirar el brazo hacia mi espalda —literalmente—, me percato que Max Jr. no está en su espacio. Si lo estuviera aplastando, lo hubiera sentido debajo de mí. Parpadeo hasta acostumbrarme a la luz del día y, entonces, veo a Chéster bocarriba, sosteniendo a Max Jr. en el aire con sus patas delanteras. 

Chéster inclina la cabeza hacia mí, con su lengua rozando las sábanas y una mirada de: "Te tomé prestado Max Jr., espero no te moleste".

—Chéster, tienes muchos osos con los cuales jugar como para venir a robarme mi oso.

Y no es mentira, en el patio tiene una canasta más grande que una alberca para niños de tres años que, más tarda el personal en recoger los juguetes, cuando la criatura ya los tiene a todos fuera, arrumbados en diferentes partes de la mansión.

Tan solo la noche anterior me he sacado un susto tremendo al pisar un hueso chillón. Chéster vino corriendo a mí, por poco tumbándome el suelo al pensar que estábamos jugando.

No falta mucho para que Chéster tenga la suficiente fuerza y peso como para pasar por arriba de mí. Cada día que pasa, lo vemos crecer más y más, no me sorprendería si llega a superar el tamaño de un pony.

Después de quitarle a Max Jr. de las patas y dejarlo encima de la cajonera donde no lo alcanzará, voy directo al baño para iniciar mi rutina mañanera, tomando una ducha, seguido de las cremas del día, para luego proseguir a maquillarme.

Canciones de Britney Spears suenan de fondo, lo que me incita a cantar y menear las caderas mientras me peino el cabello.

Es oficialmente mi primer día de trabajo, después de pasar casi un mes cumpliendo con cada uno de los requerimientos para poder practicar jurisdicción en el estado de Florida de manera legal. Sí, he ido y venido al bufete, pero no he podido trabajar como tal, solo he visitado para adaptarme a como funcionan las cosas en el bufete y seguir revisando las limitaciones que tendré al ser licenciada de otro estado. Una buena opción es volver a tomar el bar exam, pero tampoco quiero aventarme a hacerlo ya, sabiendo lo pesado que es y arriesgarme a no pasarlo. Tengo que prepararme para volver a tomarlo.

Mientras Me Busques (1º) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora