-015-

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El tiempo se acabó. Llegó la noche antes del examen, y la chica estaba muy nerviosa. Tenía su técnica nueva lista, pero aún no sabía cuánto le serviría contra Gaara. Creía demasiado difícil ganarle, por lo que no se preparó para el resto de combates. Naruto había estado ingresado en el hospital los tres últimos días, y por ello le dijo a la chica de verse por la noche, después de cenar.

Quedaron en uno de los campos de entrenamiento. Por suerte, él no llegó tarde. Al verse chocaron los puños y se sonrieron. Decidieron sentarse en el suelo.

—¿De qué querías hablar?

Dijo ella. Lo conocía lo suficientemente bien como para saber que algo le perturbaba, y que por ello quería verla. Él suspiró y se rascó la nuca, un poco incómodo por tener que decirlo. A decir verdad, pocas veces se había sincerado con alguien. Él pensaba que era el único en sentir esas emociones tan negativas, y en sentirse tan sólo. Pero no, había alguien más.

—Gaara también tiene un monstruo dentro suyo...

Susurró. Debido a la calma de la noche, ella pudo entenderle bien. (T/N) tenía una ligera idea respecto al poder de Naruto. Sabía que el color de su chakra cambiaba a rojo, y que era absurdamente enorme. Tenía un gran poder dentro suyo, pero aún no era capaz de dominarlo. ¿Había otra persona igual a él?

—¿A qué te refieres Naruto?

Preguntó ella, queriendo profundizar más y entenderlo. Él se abrazó las piernas, teniendo la vista perdida al frente.

—Yo era igual que él. Pero Iruka me reconoció. Y también lo hicisteis vosotros.

De normal Naruto no se explicaba muy bien, y más ahora que no sabía como expresar sus sentimientos. (T/N) también conocía lo que es la soledad. No de la misma manera, ya que no es lo mismo perder algo a nunca haber tenido nada. Pero, entendió qué fue lo que atormentaba la chico.

—Te ha hecho recordar a cuando estuviste solo.

Él elevó un poco su labio inferior, creando un ligero mohín. Jamás le había visto tan triste.

—Si yo hubiese seguido solo... quizás habría acabado como él.

Suspiró. Aquel era el verdadero tema que le atormentaba. Comenzó a contar todo desde el principio, como el pelirrojo quiso acabar con Lee en el hospital, y como les contó que era un arma para la arena, pero que su aldea se arrepintió pues restultaba demasiado peligroso para ellos mismos. (T/N) comenzó a temblar, y también se abrazó las rodillas. En ella nacían dos sentimientos que la destruirían en el combate de mañana. El primero, el miedo. Escuchar del pasado de Gaara sólo empeoró la percepción de él. El segundo, la lástima, ya que sabía que el hecho de que su personalidad resultara así se debía a su entorno. Tan solo era un niño perdido que se sentía solo. Así como Naruto.

—Eres cruel, ¿sabes?

Le comentó ella, provocando que el rubio se sintiera mal al instante, aún sin saber el motivo.

—Si mañana siento lástima por él y dudo moriré.

Explicó, y su compañero pudo entenderla. Pero necesitaba hablar con alguien, soltar lo que llevaba tanto tiempo cargando encima. Ella se levantó de golpe, con la mirada al frente. Entonces se giró para tenderle la mano a su amigo, y ayudarle a levantarse.

—Está bien, yo me encargo. Es una promesa.

Naruto guardó y atesoró esas palabras. No sabía qué planeaba ella, pero confiaba ciegamente. Se levantó también, para abrazarla. Era un niño muy cariñoso, desde siempre, pese a no haber podido recibir el amor de sus padres. Y ella aceptó el abrazo, pues ella también era muy cariñosa, pese a no poder recibir el amor de sus padres nunca más.

Bitter [Uchiha Sasuke]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora