◇Capítulo 9◇

806 132 0
                                    

                         

Desperté otra vez en el sofá, sintiéndome feliz, quizás porque el día anterior había sido grandioso, quizás porque sentía que algo pudo haber cambiado con el guardaespaldas, al menos nos volvimos más cercanos y eso me gustaba, la verdad no lo creía posible.
Fui a darme un baño luego de levantarme y cuando salí listo, el estaba parado otra vez junto a la mesa, con mi desayuno en ella.

—Buen día señor Metawin, por favor sientese y desayune —dijo nuevamente corriendo la silla para mi.

—¡Buen día señor Vachirawit! —exclame animado mientras tomaba mi café—. ¿Qué tenemos para hoy en la agenda?

—Hoy solo tiene las grabaciones de su serie señor —respondió, un poco frío para mí gusto.

—Ooh ok ya no mas días libres, ¿¡cierto!? —afirme sonriendo, pero el siguió con su rostro serio, no me había sonreido como el día anterior, ni siquiera me contesto.

Su actitud me pareció extraña, pero creí que solo volvió a su faceta de guardaespaldas y lo ignore, pero cuando estábamos a punto de salir, observe que el vendaje de su mano estaba flojo.

—Déjeme cambiar el vendaje de tu mano —dije sujetandolo.

Y justo en ese momento el se dio vuelta y jalo su brazo hacia el, haciendo que yo choque contra el por el tirón, nuestros rostros quedaron tan cerca que nuevamente mi corazón se acelero, incluso creo a ver sentido su corazón acelerado cuando nuestros ojos se encontraron, pero  segundos después el reaccionó y me aparto rápidamente, entonces sin darme cuanta jale su mano, quitándole el vendaje, me sorprendí al ver que no tenia ninguna herida, ni cicatriz, ¿como era eso posible?. Recordaba haber visto mucha sangre al momento del ataque.

—No tiene que preocuparse señor Metawin —afirmó nervioso alejándose de mi—. La herida ya se curo.

—Pero no tienes nada, ¿cómo es posible? —cuestione confundido.

—Es que mi cuerpo esta acostumbrado a este tipo de heridas y se cura rápido —respondió yendo a la puerta—. No tiene que preocuparse, vámonos si no llegara tarde.

De camino al estudio no cruzamos ni una sola palabra, ni siquiera me miraba, que había pasado con todo el acercamiento que tuvimos el día anterior, acaso solo yo lo habia sentído, me preguntaba, pero no, no podía ser así.

Aunque eso no me sacaba de la cabeza lo extraño que me resultaba lo de su mano, cómo una persona podía sanar tan rápido, era algo que también me desconcertaba, o quizás solo estaba pensándolo demasiado.

                    

Soy tu GuardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora