Disclaimer: Eren y Levi no me pertenecen, sino a Hajime Isayama.
Háblame
Eren, despierta. Te lo ruego…
-Hey… Mocoso, no me ignores.
Eren giró la cabeza hacia la ventana de su lado del auto haciendo que Levi suspirara. ¿Qué le pasaba ahora? Se veía muy feliz cuando lo invitó a comer a aquel restaurante.
-Eren… - Levi frunció el ceño, molesto. – Si no me dices qué te pasa, pararé el auto y te sacaré la verdad aunque sea a patadas.
Eren apretó los puños. ¿Cómo es que ese hombre no se daba cuenta?
El pelinegro mientras tanto rememoró la cena buscando lo que molestó a su mocoso hasta que recordó el momento en que apareció su ex prometida. Relajó su expresión y miró de reojo al castaño antes de devolver su mirada hacia la calle. Un sentimiento cálido se instaló en su pecho al saber la obvia razón de su enfado.
-¿Estás celoso?
Eren, avergonzado, bajó la cabeza y se sonrojó.
-Petra ya no es para mí algo más que alguien que alguna vez fue especial – explicó Levi sin apartar la mirada de la calle. – Creí que eso lo tenías claro.
-Pero te mostraste muy cariñoso con ella… - murmuró el castaño con tristeza. – La amabas y en el restaurante me pareció que lo seguías haciendo.
-Es cierto que la amaba lo suficiente como para casarme con ella y, que a pesar de lo que me hizo la he perdonado, pero eso ahora está en el pasado – replicó Levi con calma. – En este momento la persona que está sentada a mi lado eres tú, no Petra.
Eren sintió como su corazón comenzó a palpitar con una fuerza dolorosa por la emoción.
-¿Eren? – Levi miró de reojo al castaño al notar que se había callado.
-Cada vez que me dices ese tipo de cosas me haces tan feliz que duele – respondió el castaño mirando sus manos. – Pero, no puedo evitar ponerme celoso. Quiero decir, ¿cómo puedo sentirme seguro cuando cada vez que nos vemos sólo tenemos sexo y casi ni hablamos? Es cierto que ahora me llevaste a cenar y te lo agradezco, pero este tipo de cosas lo haces contadas veces. – Eren quería dejar de hablar, pero no podía. Sus inseguridades habían salido a flote y él no tenía fuerzas de volver a encerrarlas. No después de tanto tiempo. – Levi, te lo he dicho muchas veces. Quiero una relación seria y no esto que tenemos, lo sabes muy bien. Entonces, ¿por qué no me dejas? ¿O por qué no me permites dejarte? Siempre me detienes y yo ya no sé qué hacer. ¿Qué sientes por mí? ¿Me amas? – La voz de Eren comenzó a temblar y apretó los puños una vez más. – Si lo haces, ¿por qué cada vez que te digo que te amo evitas responderme? – Su voz se quebró en la última frase.
Te amo, pero por favor despierta. Por favor.
Levi guardó silencio, incapaz de responder.
El castaño al no recibir respuesta, cerró los ojos intentando retener las lágrimas que amenazaban con salir. Era oficialmente un idiota. Lo había arruinado todo. Ahora Levi en vez de llevarlo a algún lugar y hacer que los vecinos conocieran su nombre, lo llevaría a su casa y nunca más volvería a llamar. ¿Por qué no pudo mantener la boca cerrada? Él sabía las reglas de este juego desde un principio, pero no fue capaz de evitar enamorarse de él. ¿Cómo y cuándo había sucedido? No lo sabía, pero si sabía que había roto una de las reglas no explícitas de los ‘’amigos sexuales’’ y, ahora, había roto otra.