Capitulo 42

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Cuando el auto paró en la entrada de una mansión estilo romana, Dorian me tomó la mano y se la llevó a los labios, un gesto tierno que me puso a mil. Le sonreí. En ese momento quise haberle hecho caso a mi conciencia y debí quedarme en la casa con Dorian.

En el camino a la boda casi no conversamos. El trayecto no fue muy largo y ambos estábamos metidos en nuestras cabezas.

La fila de autos se despejó y nos tocó bajarnos del auto. Los alrededores de la casa estaba lleno de hombre y mujeres con trajes negros y cara seria, estaban parados tan rígidamente y observando todo que me recordaron a los del servicio secreto que se ven en las películas.

Dimos nuestros nombres al hombre trajeado que estaba en la puerta. Nos buscó en su trableta electrónica y una china nos guió hacia la parte izquierda de la casa. La ceremonia se celebraría en una parte del  jardín. Las sillas plegables estaban decoradas con rojo y dorado. Una alfombre roja, guiaba el sendero hacia el altar donde había un arco de hermosas flores con los mismos colores.

Los invitados empezaban a sentarse en su asientos y al mirarlos no reconocí a nadie. La verdad conocí solo brevemente a la novia hace dos atrás. Nuestros padres han hecho negocios juntos y son amigos.

La mujer nos indicó donde nos tocaba sentarnos y así lo hicimos. Nos sentaríamos en una cuarta fila junto a mis padres.

—¡Han llegado al fin!—Exclamó mi madre al vernos.

—Hola mamá, estás hermosa—Le salude dandole un beso y un abrazo. Realmente estaba muy hermosa. Su vestido era de gasa, azul, con mangas francesas y una falsa que caía suelta hasta el piso. Su cabello recogido en un moño francés y un juego de zarcillos y collar que hacían juegos. Mi madre Adara sabía cómo combinar las prendas y verse siempre  sofisticada y elegante.

—Cariño, tú sí que estás Preciosa. ¡Mírate!. Dorian tendrá que mantenerte a su lado toda la noche.—Bromeó mi mamá.

—Nuestra hija es una belleza, Adara. Ven aquí cielo—Corrí a abrazar a mami Beta.

—¡Mami! También estás muy hermosa. Amo tu vestido.

Mami Beta llevaba un vestido verde sin mangas y escote V. El vestido abrazaba su delgada cintura y la falta también caía suelta hasta el piso.

—¿Y nosotros?—Ese mi papi Jorge preguntando por el y mi padre Alexander.

Me reí y fui a abrazarlos a ambos mientras Dorian saludaba a mi madres.

—Papás, ustedes están muy guapos y elegantes.—Besé ambas mejillas. Con sus esmóquines de gala mis padres se veían regios e imponentes.

—Estas Preciosa, hija.

—Es verdad hija, estás más hermosa esta noche.

¡Que zalameros!

—¡Gracias! Los amo.

—Suegros—Dorian saludó a mis padres estrechándoles las manos.

—Dorian, espero que la estés pasando bien.—Dijo mi padre Alexander.

—Que estés tratando bien a nuestra hija—Ese fue papi Jorge.

—Pueden dormir en paz.—Mientras hablaba, Dorian puso sus manos en mi cintura y me acercó a él— Mi esposa y yo estamos disfrutando estos días,  ¿Verdad, cielo? —La pregunta la acompañó de un beso en mi cuello que me acaloró.

Mis padres fruncieron el ceño y me miraron con fijeza. Empecé a sonrojarme. El gesto y las palabras... imagine lo que estaban pensando mis padres ¡Bochornoso!

Casada Con El Enemigo ©️ +18 CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora