Quizás la vida como adolescente no es perfecta del todo, o bueno... es lo que observamos, distintas perspectivas en donde es difícil saber qué es real o no.
Probablemente esta parte de la vida sea muy complicada, pasamos por tantos cambios a la vez que no sabemos cómo afrontarlo, queriendo simplemente dar lo mejor en nuestro único punto de vista sin buscar consuelo... Hace que nuestros pensamientos y enseñanzas se acumulen en nuestra mente, sin saber qué hacer con ello. A la vez descubrimos verdaderas amistades, esas que siempre están allí para nosotros; y esas también que demostraron ser falsas...
¡Una etapa significativa! Donde no están esas preocupaciones de adulto y simplemente podemos seguir siendo niños grandes... pero que trae diversas inquietudes, ya sean psicológicas o físicas, siendo esto lo que nos define como persona, esa esencia que nos marca como auténticos; no es fácil, es una aventura, un camino que se debe tomar sin arrepentimientos ni complicaciones, seguros de sí... para llegar a lo que tanto anhelamos.
De esta manera partiremos la meta, esa que marcará un antes y después en nuestra vida, ya sea para bien o para mal. Una lluvia de emociones, una forma de conocer nuestro genuino ser.