Pág 13: "Miel"

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Narrador: Omnisciente

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Narrador: Omnisciente.

Fueron segundos largos y cansados donde nadie dijo nada, Madara estaba hastiado del peliblanco y Tobirama seguía diciendo mentalmente que le encantaría quebrarle cada costilla a ese Uchiha para que deje de minimizar el dolor que su "Esposa" sintió, y le daba por completo igual que estuvieran entrenando, Madara es un demonio peleando y Tobirama estaba en un casi 99 ٪ seguro que el Uchiha se contenía para pelear porque él le conocía y sabía que ya le hubiera matado. Pensaba en las grandes diferencias de cultura en cuanto a cada clan. Pero él estaba seguro que no importaba que cultura tuviera , el pálido jamás tocaría a su mujer de esa forma.

Los tensos segundos fueron cortados por tres toques en la puerta y cuando Hashirama dio su aprobación de entrar quien les dio la cara fue la joven Mito.

— Espero no interrumpir nada pero Uchiha-hime les busca a los tres, en especial a usted, Uchiha-sama. — dijo con esa vocesilla suya que a Hashirama le parecía hermosa.

Madara salió primero con un rostro que a entrever le dejaba una expresión preocupada.

Cuando los tres hombres entraron de nuevo a la habitación con Mito siguiédoles encontraron a Fukasa con un aspecto mucho mejor y una sonrisa, como si nada hubiera pasado.
Fukasa al ver a los Senju de inmediato comenzó a hablar.

– ¡Senju sama, lo que creáis que Madara me hizo es mentira, él no me ha hecho nada y puedo decir que es todo...!  — su voz apresurada y un poco nerviosa se oía apresurada hablando directamente con el serio de Tobirama.

– Fukasa-chan, no debes explicar nada. Ya lo sabemos. — dijo cortando su perorata a la mujer morena.

Ella le vio extrañada. Y luego vio a Madara que simplemente asintió con la cabeza en afirmación a lo que dijo Hashirama.

– ¡Eso significa que no han roto el tratado?— dijo alerta.

Hashirama negó con la cabeza y le sonrió.

Ella pareció entonces más tranquila y sin poder evitarlo cayó de espaldas a su futón, sigue sin estar bien del todo y solo había hecho un esfuerzo para aparentar y que no creyeran que Madara era un esposo abusón o algo así.

Todos al ver su acción y su cansancio se alarmaron,  pero Fukasa tranquilamente llamó a su esposo a su lado. Madara haciendo caso se hincó a su lado y Fukasa como alto reflejo tomó la mano de Madara entre las suyas.

– Oe, Madara-chan... ¿me puedes hacer un té? — preguntó un poco somnolienta y con voz cariñosa.

Madara le vio con una ceja levantada y sorprendido por el "chan"
Pero Mito al escuchar lo del té se adelantó para ofrecerse y que Madara no se separara de su lado.

– Uchiha-sama, si desea yo puedo hacer su té, deje que Madara se quede a su lado.

Fukasa le vio y negó, luego vio a su supuesto marido y le alzó una ceja.

𝑳𝒂 𝑽𝒊𝒂𝒋𝒆𝒓𝒂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora