LA HUELLA DEL ASESINO

2. El restaurante

Todo se tornó en un ambiente oscuro y sombrío para Katherine. Sintió como si todo fuese un sueño. Incluso se pellizcó varias veces, sin conseguir "despertar". Por su cabeza solo rondaba la pregunta del, ¿Porqué? ¿Porqué ella?.

Katherine no se explicaba porque alguien querría hacerle daño a ella.

Carla era tan solo una joven de 19 años, una buena chica, inteligente y muy buena estudiante, en la universidad todos la querían, no le causaba daño a nadie y siempre buscaba lo mejor para su familia.

¿Acaso se trataría de algún tipo de envidia hacia Carla? ¿Algún ex novio celoso? O simplemente, algún desquiciado con ganas de ver sangre derramada. Fuese lo que fuese, costase lo que costase, Katherine se dispondría a encontrar al culpable.

Katherine, que después de haber entrado en una especie de trance, recuperó un poco de aire y decidió volver a hablar con Trevor. Por un momento se le olvidó que estaba con ella.

—¿Trevor? —dijo Katherine con la cara enrojecida por el llanto.
—¡Aquí estoy! ¡Aquí estoy! —dijo Trevor preocupado por Katherine—. ¿Como te sientes?
—Muy mal... puedes... puedes llevar a un lugar para sentarme y tomar un poco de aire.
—No hay un lugar aquí cerca... pero puedes sentarte aquí en la banqueta.

Katherine todavía no lograba procesar que no estaba viviendo un sueño, pero al sentarse en la orilla de la banqueta, empezó a sentir como el zumbido de la oreja se le iba poco a poco. Fueron pasando los segundos y Katherine al fin pregunto:

—¿Cuanto tiempo ha pasado?
—Tan solo 5 minutos, cariño —dijo Trevor complaciente.
—¿De verdad? —Katherine no lo podía creer.
—Si, de verdad...

En realidad, había transcurrido un poco más de media hora. Durante ese transcurso de tiempo, Katherine no pudo evitar recordar todo lo que había vivido con Carla. Las risas, las fiestas, los problemas que se contaban mutuamente. Trevor dijo eso solo para no alarmar más a Katherine de lo que ya se encontraba antes.

Katherine al sentirse un poco mejor con las palabras de Trevor, logró pararse para poder continuar. Sin saber realmente qué es lo que iba a hacer.

A los pocos minutos, Katherine empezó a sentir un fuerte dolor de cabeza. Pasó tanto tiempo revolviéndose la cabeza en sus propios pensamientos tratando de encontrar algún tipo de motivo o razón por el cual a Carla la había sucedido semejante atrocidad.

Sin encontrar ninguna explicación, le dijo a Trevor con desesperación:

—¿Que se supone que tengamos que hacer?.
—Yo... N... No lo sé —dijo Trevor tartamudeando por el miedo.
—¡Como que no sabes! ¡era tu amiga también!
—Si pero no hay nada que podamos hacer... esta... esta muerta —dijo Trevor resignado.
—Si, eso ya lo sé... —dijo Katherine con tristeza.

Por un momento, Katherine empezó a sentir un mar de emociones. Sentimientos de culpabilidad, tristeza, enojo, desesperación y sed de justicia comenzaron a acelerar su corazón.

Definitivamente, no tenia un hilo del que tirar o una pista que seguir, pero hay algo de lo que estaba segura, no permitiría que su muerte quedara impune y archivada como un caso más de homicidio. Estaba dispuesta a buscar en todos los lugares posibles con tal de obtener una pista de quien había sido el culpable de la muerte de Carla.

Katherine sabía que era demasiado pronto para empezar a actuar y comenzar con la investigación. Se mantuvo pensativa en lo que haría a continuación. No estaba segura en si contar o no su plan.

Debatiéndose en si contarle o no a Trevor el plan que tenía en mente, las únicas palabras que salieron de su boca fueron:

—Tengo hambre.