Capítulo 58 Caso omiso

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- Mal, siguiente pregunta.

- ¡Oh, vamos!

Hoy sacaran a Eitan de esa jaula para animales, al principio tuvo gracias, pero con el pasar del tiempo empecé a sentir pena por él, no obstante, el aburrimiento nos está devorando vivos, Farsong dice que hoy empezaremos a movernos, todos de hecho.

Nuestro lugar de reunión será en el baño de los reclusos, según Farsong, nadie nos molestara allí, tuvo que mover algunos hilos para que nuestros turnos coincidieran precisamente hoy, siendo sincero, no confió en él, pero Eitan tampoco lo hace, y por más contradictorio que esto suene, me tranquiliza el saber que mi amigo piensa como yo y que no da nada por sentado, ciertamente tranquiliza, más aun en momentos como este.

En fin, como dije antes, estamos realmente aburridos, no hay nada que hacer, probablemente a Eitan no le afecte mucho este tipo de ambientes, para alguien quien no solía socializar con los demás y quedarse en el apartamento no hay mucha diferencia, pero a mí me está sofocando.

Maverick ha tratado de entretenernos con un juego de adivinanzas, no sé si sea por la restricción del ambiente o por el exceso de aburrimiento, pero de alguna manera sí que logra distraernos.

- Bien, me toca, a ver... - Fisher empieza su turno, asume una posición reflexiva con la mano en el mentón y si inclina un poco hacia adelante ¿Realmente eso mejora la concentración? Si es así quiero intentarlo - ¿Qué hay que quitarle a alguien para que se vuelva la persona más despreciable del mundo?

- Eh... - Ahora soy yo el que adopta esa posición, me tomé mi tiempo buscando una respuesta creíble y concisa en mi cabeza, no creo que sea lo que estoy pensando, pero al menos en mi lógica creo que funciona - ¿Amor, comprensión y ternura?

- ¿En serio? – Dijo Tendou a modo de burla.

- No, no, de hecho, no está lejos – Me respaldó Maverick.

Y en lo que Fisher estaba por contestar, Roderick llegó a nuestra celda.

- Oigan tontos, ya es hora – Hizo un gesto con la mano para que lo siguiéramos, tomamos unos trapos viejos y manchados a modo de toallas y lo seguimos con algo de nerviosismo, no había estado desnudo junto a otros hombres desde que estábamos en la academia, pero esto es una prisión, no ha de ser agradable.

- ¿No deberíamos esperar a Eitan?

- No se preocupe por él, señor Cortez, se nos unirá en la entrada.

En el camino se nos unen Divieso, el Raja y el Alce, ya listos para salir al igual que nosotros.

Una vez fuera del pabellón vemos a Eitan, a Roycewicz y a Farsong hablando con uno de los guardias justo en la entrada del baño, mi amigo está cubierto de lodo, parte de este se ha secado en su ropa, pobre.

Una vez cerca entendemos mejor la situación, me da que tal vez tengamos problemas.

- Te di un billete de 50 para que nos dejaras el baño a nosotros – Reclamaba Farsong al guardia.

- Y el tipo de adentro me dio uno de 100 por el mismo trato – Contestó este encogiéndose de hombros.

- Maldita sea... - Masculló nuestro líder mientras sacaba su billetera y le daba un nuevo pago al guardia – Esto es un ultraje...

El guardia tomó su dinero y se fue feliz y contento, Farsong lo maldecía con la mirada, en tanto esperábamos a que el baño se desocupara yo me puse al día con mi compadre.

- Imagino que no te lo pasaste del todo bien.

- ¿Ah, sí? No me digas.

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El Lamento de los HéroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora