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Dos maldita hora en la entrevista y esto parecía no acabar.

Ya mis empleados estaban comenzando a preparar todo mientras que la presentadora del canal me hacía muchas preguntas.

Si la hermosa y maravillosa entrevista que aceptó el grandioso de Mario era para un espectáculo de televisor que pasarían por la noche.

-Bueno creo que eso es todo- dijo la presentadora mirando sus notas

-Gracias- dije sonriendo

Estaba agotada de hablar.

Los ayude a recoger sus cosas para poder abrir mi restaurante a tiempo.

-Estas muy hermosa señorita- dijo Ariel sonriéndome

-Gracias- dije sincera mientras iba a la cocina.

-Buenas- dije de saludos para todos, pero el único que no me respondió fue Marcus y ni lo esperé.

Así como estaba arreglada con el hermoso traje de satín me puse a cocinarme mi almuerzo.

El estar hablando tanto me había abierto el apetito.

-No toques nada- dijo Marcus, pero como es mi nuevo habito lo ignore

Encendí la estufa y comencé a cocinar, pero a los minutos fui detenida

-En esa ropa no deberías cocinar te puedes quemar- dijo mientras él tomaba mi lugar

Todo estaba en silencio y sabía que todos estaban pendientes a lo que sucedía mientras cocinaban.

Las ordenes comenzaron a llegar con rapidez.

Como era mi costumbre me senté encima de una de las mesas vacías en la cocina.

Desde mi posición apreciaba la espalda de Marcus.

Era perfecta a pesar de llevar el uniforme de chef se podía ver un poco sus músculos.

-Así que no has dejado de pelear- pensé sonriendo

Mi mirada luego fue a Miguel el cual también de alguna manera se notaba un poco más en forma.

- ¿Estas haciendo ejercicio? - pregunte mirando a Miguel

-Ah... Si estoy entrenando con el chef- sonrió mientras continuaba trabajando

-Te ves más guapo- confesé sonriendo para ver como sus mejillas se tornaban rojas en segundo

Miguel es un chico muy puro para esta sociedad, pero a la misma vez esa cara de ángel logra esconder muchas cosas.

-Come- dijo Marcus dejando el plato de comida a mi lado

Ni siquiera me había mirado.

-Gracias- dije educadamente

-Prueba- le dije a Miguel mientras estiraba mi mano con el cubierto lleno de comida

- ¿Por qué? - pregunto nervioso al notar la mirada de Marcus en nosotros

-No se si ese matón me quiere matar. Necesito estar segura y dudo que él quiera que su mejor amigo muera- sonreí mientras lo miraba

En segundo Marcus llego frente a mi y estrelló el plato contra una pared.

- ¡Si no confías en mi no tienes el derecho de probar mi comida! - grito enojado

Lo sé, había cagado todo.

Él volvió a pararse en su puesto de siempre sin mirarme.

No sabía que decir o que hacer.

Amor en la CocinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora