CAPÍTULO V. Inicia la exploración en la sierra

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   Era lunes, a las diez de la mañana el profesor García recibió la notificación de que Guillermo estaba regresando a Xalapa llevando dos voluminosas mochilas y botas de excursionista; daba la idea de que iría de campamento.

En Xalapa, cuando doña Patricia y sus hijas se enteraron de que Guillermo regresaba para llevar a Nancy en una excursión de varios días por la sierra, incrementaron alegremente sus expectativas de que el solterón de la familia iniciara por fin una relación amorosa, pero no se atrevieron a insinuar nada, limitándose a intercambiar cómplices miradas entre ellas cuando Guillermo y Nancy comenzaron a organizarse para el viaje.

- Mira güerita –comentó Guillermo señalando el mapa que estaba extendido en la mesita de centro de la sala-, esta es la zona, como ves la ribera del río está deshabitada porque el terreno es muy agreste, hay muchas barrancas que aunque pequeñas son insalvables sin equipo, y no hay indicios de alguna construcción prehispánica, por lo que antes de meternos ahí vamos a platicar con los cronistas confiables de cada lugar, comenzando con el de Naolinco.

- ¿Cronistas confiables?, ¿quiénes son?

- Así les digo yo, se trata de las personas a quienes la mayoría de los habitantes del lugar les reconocen sabiduría y una alta autoridad moral, existe uno así en cada poblado y comunidad, igual que en todo el planeta.

Solo que en los antiguos poblados mesoamericanos, casi todos son descendientes de los caciques indígenas que tras la caída del imperio azteca quedaron aislados, son personas depositarias de una rica tradición oral, algunos saben de medicina y rituales curativos, y todos conocen historias, leyendas y secretos que seguirán pasando a sus descendientes como lo hicieron sus ancestros.

- ¿Qué te hace pensar que nos dirán lo que queremos saber con solo preguntarles?

- Si logramos convencerlos de que somos personas respetuosas, tal vez nos platiquen mucho de lo que saben, no nos dirán los secretos que ellos hayan conocido como tales, pero sí historias y leyendas que deben ser contadas para seguir existiendo.

- ¿Conoces al de Na... ooo ...lin...co? –Con lentitud y cuidado Nancy pronunció sin acento-

- No, pero preguntaremos y rápidamente vamos a saber quién es la persona más reconocida por su sabiduría y autoridad moral.

- ¿Y si no sabe nada, o no nos dice nada?

- Si en Naolinco no encontramos pistas –explicó Guillermo-, iremos a Villa Aldama, a La Joya, y a Perote. Que son también poblados Nahoas.

- Yo pensé que Veracruz era territorio totonaca ¿no es así? – Preguntó Nancy-

- Sí, Veracruz es territorio totonaca, pero en la región de la Sierra de Chiconquiaco y en la Sierra de Zongolica, que está rumbo a Orizaba, la población es mayoritariamente de origen Nahoa, lo interesante es que aun antes de que los aztecas llegaran al Valle de México a fundar Tenochtitlán, ya se hablaba Nahoa por esos rumbos.

Nancy se quedó sumida en el silencio, y Guillermo, quien sabía que eso no sucedía con frecuencia, no pudo evitar jugarle una broma.

- ¿Estás bien? ¿Se te desconectó algo güerita? –Dijo con pícaro rostro-

- Sí, digo no... ¡ay!... no abuses de que soy lenta hablando español... me estoy dando cuenta de que a pesar de haber venido tantas veces a México, no conozco nada, yo nunca había visitado un poblado pequeño hasta que visité Naolinco, y nunca he visitado un pueblo como los que dices, y...esto es otro México, y creo que son más personas las que viven en este México, que las que viven en el México que yo he conocido hasta ahora.

EN EL CERRO DE CUATRO CARASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora