Único

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El amor.

Ese cosa que todos tenemos, desde pequeños aprendimos a amar, por ejemplo todos aman a sus padres, otros los animales, otros a la música, etc. etc.

Lo importante que todos han amado una cosa por primera vez.

Y no necesitamos a una persona para amar, de igual modo nosotros amamos lo que más queremos.

Todos tienen una definición diferente referente al amor y esas cursilerías, muchos no fueron correspondidos.

Pero eso no importa ahora, lo que importa es que un pequeño Yugi Amane miraba sin disimular a un chico solitario en el parque.

Su corazón latiendo con fuerza, sus ojos brillaron al verlo, sus manos sudaban de los nervios, es más su cuerpo temblaba como gelatina con sólo verlo.

El amor hace dejarte ciego y también dejarte tembloroso.

Yugi no era experto esto sobre el amor, sufre de abusos físicos de sus compañeros, los profesores no se daban cuenta, al menos uno sí, sus padres no lo querían y su hermano estaba obsesionado con él, no tenía amigos. Así que era comprensible al no saber nada que es el amor.

Aquel chico solitario volteo al sentir una mirada fija en su nuca, no vio a nadie, solo persona caminando por el parque, extrañado volvió a sus pensamientos.

Pero no se percató de un chico con los brazos en su cara escondido detrás de un bote de basura, sonrojado.

Yugi ya no sabía qué hacer con este problema del amor.

[Tiempo después]

Otro día a clases, Yugi hizo una mueca al observar sus abusadores, se retiró lentamente lejos de la vista de aquellos.

Ahora con 12 años, Yugi aún no sabía cómo acercarse a su enamorado.

Fue donde Tsuchigomori, y le comentó su problema, él sólo se río.

Con un mohín tierno, Yugi hizo rabietas por la burla de su profesor, Tsuchigomori negó Leve para después calmarlo, conversaron y Yugi se dio cuenta de algo.

Esto no era un simple flechazo.

Sino por qué estaría enamorado de aquel chico por 6 años.

También se enteró sobre qué aquel chico tenía problemas familiares y escolares.

El suicidó era malo, la gente no debería hacerlo, pero era el mejor método para sacar todo dentro sí mismo, por eso el chico solitario quería suicidarse.

Yugi sabía con certeza que jamás se suicidaría, seguiría adelante aún con todo los abusos, igual seguiría adelante.

Tsuchigomori suspiro de alivio al ver que Yugi no era de "esos".

Sabe que Yugi es un niño aterrorizado, débil, tímido y que se avergüenza con facilidad pero que fuerza una sonrisa para que no se preocupen por él.

Además que le gusta astrología.

-¿Entonces como harás para que se fije en ti? - levantó una ceja curioso-

El menor se sonrojó.

-Y-Yo... No lo sé -Murmuró apenado-

Tsuchigomori solo negó con una sonrisa tierna.

-Yugi - El menor levantó su cabeza mirándolo atento- Solo sé tú mismo, si no te quiere como eres, entonces no era el indicado

Yugi sonrió, a pesar de todo tenía a alguien por quien confiar, abrazo a su maestro.

-Hazlo - el menor se separó confundido- Es mejor que él sepa tus sentimientos antes de que sea tarde

Yugi asintió con determinación.

Hoy tendrá una declaración.

Despidiéndose de su maestro, corrió como nunca buscando con la mirada al chico de sus sueños.

Ahí estaba sentado en el pasto del parque, sin nadie alrededor.

Su corazón comenzó a palpitar.

Se acercó lentamente, tímidamente se sentó a su lado sin tocarse, ambos miraron al frente sin decir nada.

No era un silencio incómodo, sino relajante.

Iba a hablar pero fue interrumpido.

-Yugi-kun - Esa voz tierna, le hacía estremecer- No es por ser malo pero - Sus ojos se desviaron hacia mí- ¿Necesitas algo?

Sus ojos oscuros sin vida me hace entender que quería estar solo.

Una opresión en mi pecho surgió, pero no lo dejaré, no ahora.

-Senpai - moje mis labios de los nervios, él me miró atento- Yo - Trague saliva- Yo.. - Era hora, ¡vamos Yugi!, respire hondo- ¡Me Gustas!

....

Era tan raro verlo así.

Las mejillas sonrojadas de vergüenza, sus ojitos brillaron por alguna razón, vi que sus manos temblaban.

Simplemente para mí era un shock.

Yo no era alguien con quien pasar el rato, más bien era todo lo contrario, soy un torpe.

Siempre me lo dijeron, mis padres, mis tíos, abuelos, primos, hermanos, amigos, conocidos, desconocidos, todos me decían lo mismo.

Pará mí, no hay amor.

Así viví toda mi vida.

Pero hoy.

Este chico me hace verlo diferente y no solo por esas palabras sino por verlo sentirse así, con solo verme.

Creí que nadie me amaría.

Un latido.

Pensé que todos me odiaban.

Dos latidos.

Mis padres lo dijeron.

Cuatro latidos.

Ellos solo me...

Latidos.

-Yo...

Lo mire y él solo me miraba con una sonrisa como si supiera leerme la mente.

-Te entiendo - no supe responder- Recién me conoces, es obvio que estarías sorprendido

No dije nada.

-Pero... - Me tomo las manos, me estremecí- Haré todo lo posible para que me ames

Su sonrisa era bonito.

Él me beso la frente con cariño.

Y se alejó un poco, dejando tocar nuestras narices.

-Aprendamos a amar Senpai

No sabía que pasaba.

Pero una parte de mi latió fuerte.

-Soy [S/N]

Aquel chico lindo sonrió con ternura.

-Un gusto Senpai, Soy Yugi Amane

Y por primera vez mis labios formaron una sonrisa sincera.

Aprendamos a amar.... Yugi-kun.

Gracias por leer

¡Me Gustas! [Yaoi] [One-Shot Corto]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora