✔️ESPADA AZUL | DEVIL MAY CRY 6

CAPITULO 53 FINAL

Nero.

Al anochecer preferí acompañar a Kyrie a observar el cielo de aquella noche próxima a presentarse. La fogata ardía lentamente y con tranquilidad. Nico se encontraba buscando una parrilla y parte de piezas para ponerla firme en el suelo. Kyrie se había encargado de preparar unos trozos de carnes listos para ser asados. Por mi parte me limite a sentir la brisa cerca de la bahía y apreciar el espeso bosque a lo lejos. No quiero despertarme por la mañana creyendo que aún sigue aquí, me convenzo que no estoy solo y así ¿Cómo voy a cicatrizar? ¿Cómo puedo cicatrizar si no siento el paso del tiempo?

Necesito ver a mi padre otra vez.

Observo de lado cuando siento la presencia de alguien a mis espaldas.

Es Dante.

—Viendo lo que ha pasado... tampoco ha estado tan mal—. Comento una vez que llega a mí.

—Lo pasamos bien por el camino.

—También tuvimos nuestros problemas, pero no me arrepiento de nada. He llegado tan lejos gracias a todos y ahora quiero ir por mi cuenta.

Asiente lentamente.

—Esa barba te hace lucir muy anciano—. suelto al observarlo fijamente.

—Vaya, yo pensaba que lucía como un viejo hecho para dar regalos a los niños y lucir una barriga enorme.

Río un poco por la referencia que hace. Pero luego me detengo.

—Gracias por todo tío.

—Se siente bien que me cites de esa manera.

—¿Qué? ¿La palabra tío?

—Sí —. responde con burla.

Consigue que ría con él.

Lo último que recuerdo de aquella noche fueron sus chistes malos y algo que me dijo a mí y Kyrie antes de que se fuera por la puerta.

—Yo quizá me acerqué, pero nunca tuve lo que ustedes dos tienen. Algo siempre me detenía o me estorbaba. Como vives tu vida es asunto tuyo y antes de darte cuenta, puedes cansarte, sentir tristeza y dolor. Ustedes no son así, nunca lo olviden.

—Dante... —. lo observo con nostalgia.

—Trato de ser un buen tío para ustedes dos.

Cuando desperté al día siguiente, ya se había marchado.

—¡Nero, encontré el único vinilo sobreviviente de la van!—. Nico aparece con una sonrisa mientras me lo muestra y lo coloca en posición para reproducirlo.

Contemplo el techo del garaje mientras estoy recostado sobre el sofá.

—Estás pálido y con ojeras. Tienes suerte que tu cabello logre tapar la miseria que reflejan tus ojitos —. Comenta con burla.

—Lo sé.

No me he cortado el cabello desde que los niños se marcharon. No he parado de extrañarlos. Me había negado a dejarlos ir, sentía que no podrían cuidarlos como lo hemos hecho Kyrie y yo. Sin embargo, tenía que hacerlo. No podía reemplazar a sus padres y ellos anhelaba en el fondo tener una familia. Una familia común y corriente, no la que le ofrecíamos Kyrie y yo.

Aún tenemos mucho que mejorar.

V se marchó anoche.

Se despidió con una broma repentina que no le salió bien.

Y sentí una cortada profunda dentro de mí.

Deseaba que se quedara conmigo, pero no lo hizo.

Evaporo mi malestar con paciencia.