Katsuki Bakugō era un Dom. De eso no quedaba ninguna duda para nadie, sobre todo cuando el joven había presentado lo que podría ser un poderoso quirk que en esos inicios solamente se mostraban como pequeñas chispas.
La confianza que fue ganando, el liderato que adquirió desde muy joven y esos rasgos que lo diferenciaban fácilmente del resto, lo colocaron rápidamente en la cima de todo lo que muchos deseaban ser. Queriendo ser como él.
En la cúspide de la perfección y la victoria. Sin embargo, no todo era rosas y diamantes, había algo que a Katsuki Bakugō le faltaba en su vida para que todo fuera perfecto, claro que para él no era imprescindible, pero sus amigos en ese entonces se lo hacían ver como si así lo fuera.
—¿Nunca has pensando entonces encontrar un Sub? —dijo uno de los chicos.
—Sí, sí. Hay buenas Sub en el instituto. Algunas de ellas estarían felices de tenerte como su Dom—añadió otro.
Bakugō ni siquiera les presto atención. Sus ojos estaban más concentrados mirando la hoja de su resultado. Ese mismo día les habían hecho las pruebas para determinar quiénes eran Dom y Sub. Como todos esperaban y que no fue sorpresa, la hoja de resultados de Bakugō marcaba orgullosamente "Dom" como resultado.
Ni siquiera se tomo la molestia de saber cuales eran los resultados de sus demás compañeros que iban llegando al aula. No es como que le importara, ni que le importara cuantos más idiotas Dom había, todos ellos no eran ni serían mejores que él.
Porque él sería el Dom, incluso entre ellos.
Empero, mientras veía la entrada del aula, vio entrar a cierto pecoso que iba casi totalmente pálido. Con sus resultados presionando su pecho, y casi corriendo hasta su lugar. Sus ojos no dejaron de seguirlo hasta que lo vio sentarse, recostarse y ocultar su rostro con los brazos como una coraza que esperaba lo protegiera. Sabía que Deku era un Sub. Era más que claro que lo era. Pero él necesitaba confirmarlo. Lo confrontaría para obtener la afirmativa de su respuesta.
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La hora de salir llego, y Katsuki estaba listo para zafarse de todos y alcanzar a Deku fuera, daría un poco de tiempo antes para encontrarlo ya cerca de sus hogares, pero un grupo de chicas lo habían detenido. Ya que una de ellas al fin había conseguido el valor para decláresele. Y ahora que sabía que era una Sub, quería que el fuera su Dom. No había nadie más como Bakugō que ella sintiera podía satisfacer sus dinámicas de forma satisfactoria para ambos. Una pobre mentecita que fue voluble a la falsa esperanza dada por sus amigas y amigos de que ella podía ser un buen Sub para él.
Con un pequeño regalo de chocolates blancos, la bonita Sub extendió hacia él. Dijo sus sentimientos y espero paciente a que Bakugō dijera algo. Sus amigos estaban detrás de él, al igual que uno que otro chismoso que se quedo mirando la escena esperando la reacción de uno de los mejores de la escuela. Usualmente las confesiones que llegaban a Bakugō, eran dadas en privado y todas ellas habían sido rechazadas.
Por lo cual, las chicas llegaron a la conclusión de intentarlo con gente alrededor, esperando y esperanzadas a que la presión social hiciera algo sobre el cenizo. Cosa que evidentemente no funciono.
Katsuki sonrió, tomo la caja de chocolates, y después soltó:
—¿Crees que serías un buen Sub para alguien como yo? —dijo— ¿Crees que podrías soportar mi sadismo? ¿Ser castigada y diciplinada por mi?
La chica entonces tartamudeo, no esperaba que un Dom fuera tan directo en sus palabras. Normalmente los más jóvenes no pensaban tan rápido en el sadismo, ni en las torturas. Siempre era iniciar con el llamado "cortejo" antes de obtener la obediencia total del Sub.