El Hada que se convirtió en Reina

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— Entonces, ¿Qué fue todo eso de ayer? — Preguntó Hans intentando no sonar demasiado interesado. Pero bueno, estaba seguro de que lo mismo se preguntaba el resto desde que los forasteros habían llegado.

— Hmm, siéndote sincera no estoy segura del todo. — Elsa respondió exhalando el humo de su pipa con indiferencia.

— De acuerdo, ¿Entonces antes? cuando sonabas como una esposa despechada con Rapunzel. — El pelirrojo no desistió y la miró arqueando las cejas. Elsa le dio el crédito por hacerla reír, tosiendo cuando se dio cuenta de que fue una mala idea debido al humo que aún no exhalaba.

— Tenía que deshacerme de ella. — Jadeó echando la cabeza hacia atrás por un momento, recuperando la compostura. — Comenzaba a cansarme de jugar a la buena prima, con Anna me basta por el momento.

— Pero... — Hans la miró incrédulo. — Yo creí que ustedes... que tu...

— ¿Qué realmente la quería? Oh, cariño, pareciera que no me conocieras. — Elsa sonrió con burla. — Compartimos la misma "sangre" — Enfatizó haciendo las comillas manuales por la ironía. — Pero eso no me obliga a crear un lazo afectivo con ella, además, jamás hemos convivido realmente como para que naciera un genuino amor por ella y estamos en una guerra, lo último que quiero es tener que distraerme con esas trivialidades, sí, me encabroné horrible cuando supe lo del secuestro porque esos malditos me traicionaron (y mi madre también estaba furiosa) pero luego ella creyó que podía traicionarme y me dio la excusa perfecta para cortar por eso.

— Hmm... no me convences.

— ¿Qué quieres decir?

— Es solo que... yo tampoco quería a mis hermanos pero aun así hay algo en ti que se enciende cuando cualquiera de ellos está en peligro y pensé que lo suyo era algo parecido. — Hans se encogió de hombros, pero de nuevo, se trataba de Elsa y ella era tan impredecible y buena mintiendo que no podías saber nada con certeza cuando se trataba de ella.

— Si quieres una cursi declaración por el tema no la tendrás. — Siseó ella rodando los ojos antes de darle una calada al cigarrillo de nuevo. Entonces dejó salir el humo con un suspiro. — Si tanto te interesa, quizá en otra vida y con otras circunstancias podríamos haber sido mejores amigas pero eso nunca me ha quitado el sueño y lo menos que me importa ahora es...

— Lo único que te importa es él, ¿No? — Hans se levantó, tentando su suerte cuando ella lo fulminó. Sabía que odiaba que la interrumpieran, pero probablemente entonces habría perdido su oportunidad de preguntar.

— Si, solo me importa él como siempre lo ha hecho.

— ¿Y Jack? ¿Él sigue importándote? ¿O ya lo remplazaste? — Presionó pero ella no cayó.

— Te dije que no mencionaras a otros en tu turno. — Elsa se levantó, tomando su bata de dormir del montón. Hans se quedó en su lugar inspeccionándola, la luz de la luna que entraba por la ventana bañaba su cuerpo de manera espectacular, siempre parecía una diosa, pero había algo más en su mirada esa noche aunque ni ella misma lo supiera.

Algo había cambiado y no sabía si era para bien o para mal.

— Solo pensé que ese era un tema más ligero que el revuelo que causaste cuando dijiste... ¿Qué te separabas de Anna? O algo así. — Se explicó antes de que llegara a la puerta. — ¿Ingrid y Poseidón siguen molestos? ¿Por qué fue tanto el escándalo?

— Huh. Ni te lo imaginas... — Fue todo lo que dijo antes de salir.


...

"La Tirana de Hielo" (Jelsa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora