1.4- La demonio de ojos verdes

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Capítulo 1: ¿Feliz cumpleaños...?

Parte 4: La demonio de ojos verdes.

Los Zekrysh recibieron el resultado del reconocimiento hecho por los Grimmlows, dejándolos con dos objetivos que encajaban con la descripción dada por la reina.

— ¡Espera! Por favor, ten piedad... Tengo esposa e hijos...

— ¿Piedad? ¿Quieres piedad? Es algo irónico viniendo de alguien quien no pensaba tenerla al momento de atacarme.

Arrastrando al humano tomado de la pierna contestó a las súplicas, para luego lanzarlo a unos escombros teñidos de sangre, sangre que brotaban de brazos, piernas y otras extremidades que Sherlyn le descuartizó a varios espiritistas.

— Sherlyn, tenemos trabajo que hacer, termina con él y date prisa.

— ¡Por fin! Ya no tengo que seguir jugando contigo, gracias por divertirme un rato, fue bueno mientras duró.

La tonalidad de satisfacción cambió lentamente a una frívola conforme avanzaba hacia el espiritista moribundo que rogaba por su vida.

— Por favor, no... ¡No...! ¡No...! No, no, no, no lo haga–

Sherlyn perforó la garganta del espiritista con la hoja de su katana.

— Hablas demasiado para ser una asquerosa rata.

Al sacarla aprovechó a cortarle el lateral derecho de su rostro, abandonándolo en su lecho de muerte, suceso que no tendría una larga duración debido a la manada de Ex-sires que esperaban pacientemente para devorar la fresca carne humana.

— Muy bien, Astaroth. ¿Qué tienes para mí?

— Los Grimmlows detectaron dos humanas que coinciden a la perfección, una está localizada en la zona este de la ciudad y la otra en el norte.

— ¡Yo voy por la del norte!

Sherlyn tomó la iniciativa sin darle opción de elegir al pobre de Astaroth, quien se dirigió al segundo objetivo en compañía de una gran parte de la horda demonio mientras que la otra mitad se iba con Sherlyn.

Mientras tanto, en la zona norte de Brumaria.

— ¡Scarlett, por aquí, rápido...!

Drako propuso como lugar de descanso temporal, un parque sádicamente decorado con un montón de personas desmembradas y/o devoradas hasta los cimientos, esparcidos por todo el lugar.

"De puro milagro los perdimos, pero la entrada al refugio más cercano está a unos cuantos minutos de aquí e ir en busca de otra sería un maldito suicido. ¡Agh...! ¡Piensa, Drako, piensa!"

Una odisea de pensamientos surgió mientras bajaba a Ashlee en unas bancas para así poder descansar y recuperar energías.

El refugio al que se encaminaban es protegido con magia divina, dicha magia no es muy común entre espiritistas dado a la pureza que necesitas para emplearla, en los refugios ningún demonio puede entrar por más fuerza bruta que use.

— Descansa un rato, nos espera un lar...

Scarlett se abalanzó hacia Drako, ambos cayeron al césped, cerrándole la boca con la palma de su mano.

— Shh... No hables tan fuerte, es un Szayel.

Los "Szayel" tienen una figura similar al de los lobos, la mayor desventaja de ellos es la ceguera con la que nacen, tal imperfección los obliga a cazar guiándose únicamente de los sonidos.

La oscuridad del dragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora