Lluvia

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Dos jóvenes muchachos caminaban bajo el nublado cielo mientras mantenían una agradable conversación después de un agotador día de escuela. El Rubio hablaba animadamente mientras agitaba sus brazos y sonreía de manera muy notable, parecía disfrutar la compañía del chico de cabellos rojizos a pesar de que este no hacía más que asentir mientras lo escuchaba.

Doppo e Hifumi eran tan contrarios pero estaban tan acostumbrados a la presencia del otro que ese no era ningún problema, eran los mejores amigos.

-¡Este verano será increíble!, cuando nos graduemos estaré muy ansioso por hacer la mudanza a nuestro departamento.

"Nuestro departamento".

Habían estado ahorrando mucho para los gastos necesarios de absolutamente todo, además Doppo se había adelantado y consiguió un empleo durante sus días libres. Lo tenían prácticamente todo.

"Casi todo."

Sólo le faltaba al de cabellos rojizos una pequeña cosa con la que no sabía como lidiar. Sí se atrevía a hablar sabía que esos planes a futuro se arruinarían, el los arruinaría; los pensamientos negativos comenzaron a llegar y el sin oponer resistencia les abrió paso sofocando su mente.

Para él todo terminaría al graduarse por que no estaba dispuesto a callar más, estaba satisfecho de terminar una etapa en su vida pero también estaba disgustado, aterrado, molesto y bastante melancólico.

No sabía como seguir mientras se mentía así mismo hiriendo sus propios sentimientos y probablemente los de su amigo, necesitaba librarse del fuerte peso y que Hifumi estuviera en ese momento con él, diciéndole que todo estaba bien, que no lo dejaría y que siempre estaría para el.

Pero sabía que eso era pedir demasiado y ciertamente sonaba egoísta de alguna manera. Su egoista amor iba a ser el que arruinara todo y de verdad que se odiaba tanto por no poder haberlo ignorado en un inicio.

La mano de Hifumi le ha hecho reaccionar y olvidar sus pensamientos negativos. El Rubio tiro del brazo del chico obligándolo a correr por las solitarias calles debido a la lluvia que estaba pronosticada para esa semana.

-¡Hifumin, espera!, ¡harás que resbalemos!

-¡Corre Dopochin!, ¡Aún queda mucho camino!

Hifumi ha reído risueñamente al pisar los charcos de lluvia, parecía bastante feliz y con tanta energía como de costumbre. Sus ojos brillaban y reía divertido.

Hifumi era un sol en medio de esa lluvia.

Era él quién calmaba las tormentas de Doppo. Lo sabían, ambos lo sabían muy bien.

La alegre actitud de Hifumi lo contagió y por un momento Hifumi juro haberlo visto sonreír de verdad.

A pasos apresurados y acompañados de algunas risas de parte de Hifumi llegaron hasta un parque donde pudieron resguardarse en un kiosko. Doppo ha caído rendido en el suelo e Hifumi se recargo en el barandal observando lo fuerte que era la lluvia.

—¡Wooah que fuerte!

—Tenías razón, debí haber traido mi sombrilla, lo siento, en verdad lo lamento. Perdón, perdón.

Comenzó a disculparse de manera insistente como era su costumbre mientras agachaba la cabeza, esto sucedió hasta que Hifumi se dejó caer a un lado de él sentándose mientras una suave risa escapo de sus labios.

—No es tu culpa Dopochin, además yo también he olvidado el mío.

El chico rubio paso sus manos por su cabello en un intento de peinarse nuevamente y ha suspirado con resignación al no lograrlo.

Lluvia || HIFUDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora