CAPITULO 1

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En la sala de juntas de la fiscalía estaban las figuras más importantes como poderosas en el régimen de la justicia del distrito las cuales debatían una situación de seguridad que se había presentado en uno de los casos más polémicos en donde la corte tenía que resolver.

Algunas de la figuras de autoridad de la ley del distrito estaban sentadas en una mesa de caoba fina de longitud imponente, así mismo las personas reunidas en esa sala con sus trajes lujosamente arreglados.

- Situación actual - expreso el supervisor al mando.

Mientras observaba al secretario de seguridad de una de las correccionales más avanzadas de distrito repartir los folios del caso a debatir.

- Sexo: femenino, edad: 25 años, nombre: Aspen, condena en proceso, La acusada se encuentra en confinamiento, por seguridad hemos tomado medidas nuevas en esa área -

- ¿Medidas nuevas?- replico el supervisor

- Así es, aparte de estar en confinamiento, la hemos privado de su vista así como también se encuentra esposada - aclaraba el secretario

- Medidas algo extremas; para mi gusto y no creo que las cumple el protocolo -

- Con todo respeto el protocolo no cubre ninguna situación que ella ha generado -

- Continúe -

- También es custodiada por 6 agentes de control interno los cuales recorren los pasillos a diario -

- Creería que es algo exagerado -

- Exagerado, se le atribuyen los cargos de 6 muertes mano armada, clasificadas como homicidios en 1er grado descritos a sangre fría, eso y las agresiones físicas que corresponden a los agentes de seguridad de las instalaciones -

- Y sobre ese incidente -

- Véalo usted mismo - fue lo único que el secretario expreso antes de dar partida registro de cámaras del área.

***** PLAY *****

La cinta de seguridad del cuarto de interrogatorios se proyectó en la pantalla de la sala, se podía observar el cubículo completo y a 3 personas en ella, la 1ra era una chica sentada, frente a una mesa con sus manos claramente esposadas a una argolla en la centro de la mesa, frete a ella al alcaide encargado el centro de detención y a su espalda el teniente encargado de la seguridad.

- Muy bien señorita, has resultado un dolor de cabeza para mis chicos - expreso el alcaide de la prisión. - eso sin mencionar las faltas de agresión que has llevado a cabo en los últimos días - agrego.

- Que se supone esperas obtener con esa actitud - dijo concluyentes.

Mientras dejaba caer los archivos de los guardias lesionados sobre la mesa y se reclinaba ligeramente adoptando una postura de descanso sobre su silla.

- Y usted, ¿qué es lo que espera de mí? - pregunto la chica sentada al otro lado de la mesa.

- Tienes 25 años, una vida por delante prácticamente, y la verdad me preocupa que no entiendas tu situación actual.

Fueron las palabras que el alcaide utilizo mientras se ponía en pie, y divagaba por el alrededor de su propia silla.

- Alcaide creo que está subestimando la situación, no soy más que una presunta inocente -

- Hasta que se compruebe lo contrario - replico un poco ansioso el alcaide.

- Alcaide se le olvida que su trabajo es cuidar de la seguridad de este lugar y no ser de abogado del diablo -

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