Cambio De Amores ¹ [Borrador]

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*Este capítulo sólo es de Flashbacks de nuestro rubio favorito. Solo quería que vieran su punto de vista de estos acontecimientos dramáticos. Espero que les guste.

Flashback 1

Salí de mi casa lo más rápido posible. No necesitaba que me llevaran a la escuela y me sentí aliviado de que mi padre no apareciera, ni insistiera en charlar conmigo. Así era mejor.

—Adrien ¿Seguro que haces lo correcto? Yo pienso que deberías hablar con tu padre y arreglar todo de una vez —opinó el ser de negro.

—No. Me reuso. Es más: ahora con tu comentario me recordaste que debería arreglar mi asunto con Kagami yá.

—¿Qué piensas hacer?

—Llamarle por el teléfono y decirle que terminamos.

—¿No deberías siquiera crear una buena excusa?

Me detuve de mi andar y saqué mi celular.

Es cierto. No tenía nada para justificar el que quiera terminar con ella. Solo que no puedo estar con alguien a quien no amo. Estoy enamorado de otra persona y no sería justo estar con ella mintiendole. Pero debía finalizar esta farsa de un tajo.

Busqué su numero en mi agenda. Lo encontré. Pulsé para llamar y el teléfono comenzó a sonar. 

—Aló Adrien ¿Qué pasa?

—Kagami... Hola... Bueno yo quería decirte que...

—¿Qué cosa Adrien? No puedo hablar mucho, lamentablemente. A mi madre no le agrada que converse durante el desayuno.

—Esta bien. Te queria decir... que no puedo seguir con esto. Debemos terminar —suspiré dejando escapar el aire que estaba aguantando.

Escuché que algo caía y se impacta a con el suelo.

—¿Escuche bien? —No era la voz de la japonésa. Tragué saliva.

Era su madre.

—Señora... yo... quería decirle que tengo motivos para esto, yo... —cortaron la llamada. Me sentí mal. No culpo la acción de la mayor. Si esto le hubiera pasado a mi hija, le hubiera mandado al diablo al ex.

Kagami: espero que algún día me perdones...

***

Flashback 2

Llegué a la entrada. Había pocos estudiantes. La mayoría para pasar el tiempo echaban un vistazo a sus móviles. Otros estaban con sus parejas. Entré y pude ver una banca vacía. Me senté. Masajeé mi cuello y me abrazé. Palmeé mis entrepiernas y posé mi mirada al suelo. Así me quedé por un tiempo.

Al menos eso esperaba.

—Adrien —me tocó el hombro alguien y eso hizo que me sobresaltara como si me hubiera quemado las manos.

—Ma–Marinette. Que sorpresa eres... ¡digo! Tu eres la sorpresa... digo, ash... —me golpeé la frente. ¿Qué estupideces dices Agreste? Volteé y la miré avergonzado—. Lo siento. Estoy hecho un lío y no se lo que digo —reí de un modo exagerado, ridiculo y poco covencible.

Si. Ya lo notó.

—¿Qué ocurre? —preguntó preocupada y me sostuvo la mano. Sentí un escalofrío y me sonrojé de inmediato.

Cálmate Adrien o tu dignidad estará por los suelos.

—¿Q–Qué dices? No pasa nada y nadie.