Capitulo 2 "Gustos similares"

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A la mañana siguiente Alba se levantó como nunca. Una sonrisa dibujaba su cara y sus energías estaban a tope. Tenía unos nervios, pero sabía que no eran por causa de nada malo. Eran debido a las ansias que tenía de ver a su nueva vecina. Mientras preparaba el café miró por la ventana que daba a la Tormenta. Esperaba ver a la morena desayunando, pero no fue así. Las ventanas de la Tormenta estaban cerradas y no se notaba movimiento en su interior.

 Al pasar de las horas la sonrisa de Alba se fue borrando. No había señales de Natalia y eso le molestaba de alguna forma "Nos vemos" esas palabras resonaban en su cabeza.  Quería verla, deseaba volver a verla, aunque sea para hablar por unos segundos. Entonces fue cuando las palabras de Miki vinieron a su mente "ella no está nunca en casa".

Se encogió de hombros ante esto y resopló desilusionada. Algo le decía que no iba a ver a la morena ese día.

Pasó la noche y volvió el sol. Pero esta vez las hermanas reche no fueron despertadas por los rayos de este. Sino por el fuerte sonido de una música que las hizo salir de sus sueños.

Alba se llevó las manos a la cabeza y luego a los oídos. Tenía sueño y esa endemoniada música la volvía loca. No sabía bien que era ¿Rock? no sabía distinguirlo por el estado de sueño que tenía.

Fue entonces que oyó la voz de enojada de su hermana y un portazo tras esto. Ahí supo que debía levantarse.

Marina no era muy buen temperamento y más si la despertaban de esta forma, por lo cual a Alba no le pareció extraño verla salir de la casa a toda velocidad, aún en pijama.

La siguió hasta alcanzarla en la puerta de la Tormenta, desde donde para su sorpresa provenía la música.

-Marina, qué vas a hacer?- dijo preocupada. Lo que menos quería Alba era que su hermana se buscara un problema y menos con esta chica.

-¡Cagarme en todo!- le dijo Marina para volver a tocar con fuerza en el portón de la casa.

De pronto la música se apago y se oyeron unos pasos acercarse al portón. No paso ni un segundo y ya la morena estaba frente a las dos reches.

Estaba despeinada y su cara confirmaba que aun dormía. Cómo podía dormir con esa música? Pasó por la cabeza de las dos hermanas. Alba la miraba de arriba a abajo algo hipnotizada. Debía confesar que le agradaba ver a aquella chica, a pesar de las condiciones.

Natalia llevaba un short corto, y una remera larga...al parecer ese era su pijama. Su pelo estaba subido, pero debido a su estado de despeino se salían varias hebras de su cabello, que caían de una forma casi perfecta sobre sus hombros.

- Qué pasa?- dijo Natalia tocándose la cabeza. Al parecer también tenía resaca. 

Alba solo se limitaba en mirarla, al parecer la chica aun no había notado su presencia. Pero de pronto sus ojos se posaron en la rubia, la cual sonrío al darse cuenta.  

- Hola, Alba- dijo casi en un susurró 

- Hola- se limito a decir la chica, a la cual su hermana la miraba confundida.

-¡¿Como qué que pasa?!- dijo marina volviendo al tema que las había traído ahí- ¿La música? ¡¿Eres sorda?!-

-Eh? Ah, sí, perdón. No fui yo, estaba dormida-

-¡Bueno, mientras vos estabas dormida esa música lleva torturandome durante horas!-

De golpe empezó a sonar y las tres miraron dentro.

-Será imbecil- murmuró Nat mirando hacia la cocina- ¡Alicia!- gritó con un tono bastante enojada.

Al grito apareció  una chica bastante joven en el salón. Al igual que ella llevaba un short y una remera, pero mucho más corto. La pelirroja caminó hacia ellas, permitiéndole ver a Alba sus ojos café.

-Sí, ¿Amor?- le dijo apoyándose en el hombro de Natalia, pero esta la apartó disimuladamente.

  ¿Amor? Esa palabra resonaba en la cabeza de Alba. ¿A Natalia le gustaban las mujeres? Y lo mas importante ¿Esa era su novia?

-Qué te he dicho yo de la música?- le dijo bastante enojada 

-Si, es que...- trato decir la pelirroja 

-Es que nada, Alicia. Te lo advertí -

La pelirroja asintió- Supongo que es hora de que...-

-Si, hazlo- le dijo Natalia señalando las escaleras.

La pelirroja subió sin dejar de mirar a las espectadoras. Se notaba algo triste, mientras que Natalia parecía ignorar el efecto que había causado en la chica.

-Les prometo que no se volverá a repetir- dijo muy seria.

-Eso espero- le dijo Marina.

Los ojos de Alba seguían puestos en la figura de la morena, pero ahora no la miraba con fascinación sino con intriga. Con la intriga de saber si esa chica era su novia o no. Natalia era lesbiana?.

-¿Alba?- dijo Marina haciéndola salir del trance.

Ahí fue cuando Alba se percató de como su hermana ya estaba fuera del porche mientras ella seguía de píen frente a la chica. La cual no dejaba de mirarla ni un segundo.

-Si, ya voy- dijo sin apartar la mirada de Natalia, la cual le dedico una sonrisa.

-Nos vemos, Albi- fue lo último que dijo antes de cerrar la puerta de su cabaña.

Con más de mil preguntas en su cabeza Alba se unió a Marina en el camino hacia su porche.

-Estás bien?- dijo Marina al notar la cara de su hermana.

-Sí, sí...es por el despertar. Me hace mal no dormir bien- mintió. Estaba así por Natalia, o mas bien por la compañía que tenía en su cabaña. 

¿Qué estarán haciendo ahora? Esa pregunta resonaba en su cabeza

-Lo mismo digo- aporto marina- Che, ¿Te diste cuenta?-

-De qué?-

-Es...- dijo marina haciendo gestos de tijera con las manos.

-Ay, marina, eso no me importa- dijo Alba tratando de evitar el tema.

-Esa chica era su novia, claramente- Alba no supo muy bien por qué, pero estas palabras hicieron que su corazón se estrujara un poco.

-¿Vos la conoces?- curiosa

-A quién?- dijo Alba nerviosa

-A la chica? Te saludó por tu nombre.

-EH? Sí, ayer me la topé en la entrada y hablamos un poco- dijo alba abriendo la puerta de su casa.

-Cuidado, ¿Eh? No vaya a ser que te enamores- dijo marina riéndose 

-Qué dices? ¡Boluda!- exclamó alba y sin querer hablar más subió a su habitación 

Ahí se dejó caer en la cama, donde los pensamientos comenzaron a fluir. Un sentimiento muy parecido a rabia ocupaba su cuerpo ¿Pero rabia por qué? Ella ni conocía a la chica, solo la había visto una vez para ponerse así. Se repitió una y otra vez que no le gustaba, que no le podía gustar una chica. Pero el hecho de verla con novia la hacia temblar de celos, no podía negarlo.


Be my summer / AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora