Capítulo 19

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Al verme allí, todos exclamaron fervientemente mi nombre. A excepción de Bucky, porque, convenientemente para mí, no estaba.

-¿Qué estás haciendo aquí?- Dijo Tracey, con aires de esperanza en su mirada.

-Lo que tengo que hacer.- Me dirigí a los pocos animadores que quedaban. -Oigan, sí seré su capitana; de otra forma, los aplastarán y sufrirán la humillación más grande de sus vidas.

Todos aplaudieron y gritaron de emoción. Reacciones acabadas cuando volví a hablarles. -Pensándolo bien, ustedes fueron una escoria conmigo. Debería dejar que ese desastre suceda.

-¡No, por favor!- Chillaron los Acey's al unísono.

-Disculpen, no entendí.- Dije sarcásticamenre saboreando cada momento. La venganza es dulce (no es en serio, nunca la prueben). -¿Quieren que los ayude?

-¡Sí!- Volvieron a exclamar.

-No queremos perder.- Lloró Stacey.

Lacey, entonces, agregó -¡Te necesitamos, Danna!

"Claro" dije mientras me cruzaba de brazos. -¿Qué creen que deben hacer primero, para que yo acceda a ayudarlos?

Todos se miraron nerviosos buscando una respuesta. Se alzaban de hombros, rascaban sus nucas. "Seabrook", pensé, rodando los ojos.

-¿No les parece que deberían pedirme una disculpa?- Resolví obvia.

Entonces asintieron y soltaron un muy poco creíble "lo sentimos". -¿De veras?- bufé.

Todos se apuraron en darme una afirmativa. Los miré de reojo. Observé el reloj en la pared. -Tenemos una hora. No hagan esto más largo, sean sinceros.

Tenían miedo de decir algo equivocado. La tontuela dio un paso al frente, alentada por sus cuasi-tocayos.

-Danna...- empezó Lacey -yo fui la peor. Fui una verdadera bruja contigo. Todos lo fuimos. Porque en el fondo, aspirábamos a tener el valor que tú poseías para enfrentar a la adversidad. A Bucky, por ejemplo. Nadie lo había hecho antes, pero tú lograste abrirte paso entre la escuela y te ganaste tu lugar.

-Eso quería oir.- Dije orgullosa. -Aunque vamos, lo dicen porque quieren ganar.

-Es cierto, pero también lo sentimos de verdad.- Interrumpieron Tracey y su enorme peinado.

-Bien, bien. Suficiente, acepto sus disculpas. Luego tendremos tiempo para esto.- Di un estruendoso aplauso que atemorizó a todos. -¡Bien! En menos de sesenta minutos, vamos a prepararnos para ofrecer una actuación memorable, y arreglar el desastre que dejó Bucky. Así que vamos a hacer cambios rápidos.

Cada uno de ellos asintió tan fuerte, que parecía que romperían sus cuellos.

-¡Tú!- Señalé a Stacey. -Abre la puerta trasera, hice que cada uno de los miembros expulsados regresara.

Ella obedeció. En efecto, el resto de animadores ingresó, ya con sus uniformes puestos y listos para dar lo mejor.

-¡Tracey!- Exclamé. Dio un pequeño respingo. -Consígueme un uniforme.

-¡A la orden!- Se retiró casi volando. Y volvió en un santiamén, con un bello traje.

-Gracias, cariño.- ¡Siempre sean educados, lección de Danna! -¡Lacey!

-¿Sí?- Respondió con un hilito de voz.

Sonreí de lado. -¡Trae mis pompones!

Sacó un par de un enorme bolso con elementos deportivos, y me los alcanzó. Yo asentí, en señal de agradecimiento. Ella me devolvió el gesto.

-¡Camarones, hoy vamos a ganar! Vamos a ensayar ahora mismo, solamente quince minutos. ¡Corran al estacionamiento, donde hay espacio!

-No tan rápido, Spencer.- Ay, no...

¡Adivinen quién llegó! Sí, acertaron. Esperen, dijeron Bucky, ¿verdad? (Debo aclararlo, por las dudas).

-¿Qué crees que haces con mi equipo?- Me retó.

-No es tuyo, es de todos.- Intenté sonar calmada- y sé que esto está mal, porque nadie te dijo nada. Pero sin mí, van a dar asco.

Él se burló. -¡Y yo que me consideraba egocéntrico!

Entrecerré los ojos, dejando ver mi molestia. -Mira, hablo en serio. Es unánime, Bucky: me quieren a mí, y yo quiero ayudar. No estoy echándote, porque la idea es que nos unamos...

-¡Detente!- Hizo un movimiento con su puño para que me callara. -¡Por supuesto que no puedes echarme porque yo soy el capitán! Y eso no cambiará hoy; además, aquí sobran personas. No son bienvenidos.- Hizo referencia a los miembros reincorporados.

-Sí que lo son, como cualquier otro que quiera venir. ¡No pienses en tí, Bucky, piensa en el bien del equipo!

Silencio.

-¿Quieres ganar? ¿No es esa tu gran meta en la vida?- Él se resignó y dejó salir un suspiro. Asintió con pesadez. -Entonces déjamelo a mí.- Extendí mi mano para que me pasase el silbato.

Dudó un momento. Nunca dejó de hacer contacto visual conmigo. Lentamente, retiró su colgante y cuando iba a dejarlo caer en mi palma...

-Ni lo sueñes.- Soltó molesto, y regresándolo a su cuello. -¡Todos ustedes, me las pagarán por actuar a mis espaldas! Sin embargo, ahora es momento de que hagan las cosas bien, salgan al escenario, y traigan la copa. ¡A sus posiciones, ya!

Muchos de ellos sentaron cabeza. Me decepcionaron; se habían animado a combatir sus inseguridades, y cuando más necesitaban de su fortaleza, se echaban atrás. Iban a salir del cuarto, asumiendo su compromiso, sin hacerse escuchar.

Hasta que una voz, perteneciente a la persona menos pensada, irrumpió en el silencio.

-¡No, no tenemos porqué seguir tus órdenes despóticas!- Exclamó Lacey con fiereza, ante el asombro de todos. Incluida ella misma. -Bucky, lo sentimos. Pero ninguno de nosotros está de acuerdo en que nos sigas liderando de esa manera. Perdón, pero somos todos contra uno.

Los otros Acey's, los animadores y yo, dirigimos nuestra mirada triunfante al pelinegro, que aún no planeaba ceder.

-Tendrás que escucharnos- le dije -porque si no, el único en tu equipo serás tú y no hay manera de que ganes solo. Te nos unes o nos dejas.

Varios segundos pasaron, sin recibir una respuesta. Esta vez, Bucky sonrió socarronamente de lado y él mismo me puso el silbato.

-Espero que te vaya tan mal, que ni se te ocurra pisar el gimnasio de la escuela de nuevo.- Susurró en mi cara.

Le devolví la sonrisa. -A ti no te quedarán ganas de volver. A menos, claro, que sea para verme.- Le dediqué un pequeño guiño.

Acercó sus labios hasta los míos, quedando a milímetros, apenas. Se me puso la piel de gallina, al notar la escasa distancia, si se le puede llamar así. Entonces me dijo:

-Solamente quiero verte sosteniendo ese trofeo. Si no lo haces, yo mismo me encargaré de borrarte del mapa.

-Oh, cariño, créeme. Lo conseguiremos.

Ambos nos dimos un apretón de manos. Él se retiró a pasos lentos.

Ordené a los camarones que calentaran y repasaran en el cortísimo tiempo que quedaba. Mientras tanto, fui a cambiarme de ropa.

¡Oh, sí! Y a retocar mi labial de cereza, ese que Bucky ansiaba probar otra vez.

Go Seabrook! ||♡Bucky♡|| EN EDICIÓN || Disney ZOMBIESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora