-¡O cielos! ¿Estás bien? -Alfred levanta tu rostro con delicadeza, le has pedido que vaya a llevarte algo de papel higiénico para parar la sangre. Le alejas con una mueca de dolor cuando trata de tocar tu nariz. - ¡Lo siento! ¡Lo siento!
-Está bien, no duele tanto. - Intentas sonreír, avergonzado, para quitarle importancia al asunto, pero él no deja su expresión preocupada.
- ¿Qué te paso?
-Me pelee con él. - Y señalas sin disimulo al tipo con el que te agarraste. Todos están afuera de la oficina, esperando en el pasillo hasta que Ludwing deje de hablar con Vlad y Damyan, asique no te es difícil mostrarle el responsable de tu (posible) nariz rota a Alfred.
- ¡Te voy a matar! – El chico re repliega asustado contra la pared contraria, no lo culpas, fuera de su sonrisa deslumbrante y cara de niño bonito, Alfred es alto, y se nota que con entrenamiento lograra tener un cuerpo de respeto. Pero no es lugar para pelear.
-¡Alfred, espera!-Tomas su brazo, deteniéndolo antes de que cometa una tontería.
-Ahora no Arthur, deja que le rompa la cara a ese idiota. – Su expresión es seria, los otros chicos se alejan poco a poco, temiendo por su integridad.
-Déjalo, Alfred. - Logras pegarle un zape en la cabeza. - Estamos frente a la oficina de Ludwing, no servirá de nada que te castiguen a ti también. - Él te escucha, pero su mirada sigue sobre el chico. - Además. - Agregas, seguro que con eso captaras su atención. – No soy una damisela que necesite un caballero que la defienda, soy un chico y puedo defenderme solo. - Él te mira. Has logrado captar su atención.
-¡Pero...! ¡Arthur! - Sus facciones se suavizan. - ¡Él te pego! ¡Ahora tengo que molerlo a golpes! ¡Yo soy tu caballero!
Te sonrojas.
Te apresuras a dejarle en claro que él no es tu caballero y que no necesitas que te venguen, pero Vlad y Damyan eligen ese momento para salir, anunciándoles que Ludwing los espera adentro.
-Ahora vengo. - Alcanzas a decirle a Alfred.
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La vida de adolescente de Arthur Kirkland. Hetalia
Fiksi PenggemarEmociones que suben y bajan como en una montaña rusa, un joven en la flor de su juventud con la actitud de mierda típica de un adolescente. Ese era exactamente Arthur Kirkland. Un chico mas en la "bendita" etapa de la adolescencia.