Taemin entró en el departamento de Oncología, en el hospital central, trayendo consigo una pequeña lonchera en sus manos. Tenia una mirada triste y un semblante digno de una persona enferma.
Caminó lentamente, concentrado en miles de cosas que le carcomian la cabeza.
—¡Hola Taemin!—le saludo una enfermera sacándolo de sus pensamientos —, hoy has venido temprano—comentó.
El castaño asintió debilmente. Aferrando con fuerza la lonchera que llevaba en las manos.
—Parece que tendrás una digna cena de Navidad—comento con una enorme sonrisa—. Que afortunado es tu chico.
El castaño se sonrojo de sobremanera, quedandose en absoluto silencio. Estaba avergonzado, sin embargo segundos más tarde todo ese rubor se esfumo dejando paso a la preocupación que tanto le atormentaba.
—Bueno...—suspiró la enfermera al percatarse de su radical cambio de expresión—, no te molesto más.
Taemin reaccionó ante las palabras de la muchacha, sintiendo que estaba siendo desconciderado con la persona que lo habia acogido desde el principio. Se aclaro la garganta y trato de sonreir—Feliz navidad Nami...—susurro debilmente.
La mujer sonrió—. También para tí pequeño.
El castaño le devolvio la sonrisa con sinceridad.
—Bueno, ahora si tengo que irme, sino, llegare tarde a casa—Nami se disculpó. Apretó los papeles hacia su pecho y se preparo para seguir su camino—¡ah! Me olvidaba. Ten cuidado de hacer cosas innecesarias, recuerda que estamos en un hospital—le guiño un ojo picaramente. Luego dió media vuelta, entre risas, y seguió por el interminable pasillo.
Taemin se sonrojo, quedandose quieto. ¿Qué trataba de insinuar Nami?
Con las mejillas ardiendole y la cabeza dandole vueltas siguió caminando hacia delante. Agradeciendo de antemano que el hospital a esas horas estubiera casi vacío.
Subio la escalera del personal de servicio hasta llegar a la tercera planta. Se adentro al poco iluminado corredor, caminando a paso lento, mientras ensayaba mentalmente que iba a decir una vez dentro de la habitación.
Al cabo de unos escazos minutos, sus pies por costumbre se detubieron en la puerta 503.
Respiró profundamente, forzo una gran sonrisa y sin anunciarse, abrió la puerta. El sonido de las incontables máquinas que habian al rededor de la estancia lo recibieron. Entro a la habitación y cerro la puerta tras de sí.
Entonces su corazón empezo a latir descontrolado cuando lo vio. Minho yacía dormido sobre una camilla alta, conectado a travez de sondas.
Lo admiró. Y sin poder evitarlo un gran dolor azoto cada particula de su cuerpo. El rostro del moreno estaba más delgado, su piel lucía más pálida que de costumbre, y bajo sus ojos se habían formado unas horribles ojeras.
Paso saliva con un sonido agudo. Tratando inconsientemente de retener las lágrimas que amenazaban a salir en cualquier momento. Apreto fuertemente los parpados, y con una prisa poco común corrio hacia la mesita que estaba en un rincón. Solto la lonchera sobre ella y en un acto de frustración llevó sus manos hacia sus cabellos, los cuales jaló con fuerza.
—¿Taemin, eres tú?
Un leve susurro se escucho a sus espaldas.
Taemin dió un respiro fuerte. Bajo disimulamente las manos de sus cabellos—Sí, soy yo—dijo mientras giraba el cuerpo.
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Regalo de Navidad [2Min]
Teen FictionPara todas esas lindas personitas que me pidieron escribir sobre esta pareja-que valgan verdades me encanta-, aquí un regalito. Espero les guste. Y desde ya, muchas gracias por su apoyo