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— ¡Dile tú!
—Por supuesto que no. ¡Dile tú, a ella le agradas!
— ¡¿Por qué no le dices tú?! ¡Sé un hombre por una vez en la vida, gallina!
— ¡Deja de insultarme! Anda, hazlo tú. Usa tus encantos Christianezcos o algo.
—Jesse... ¡Es tu mejor amiga! Sólo tienes que decirle y listo: ¡No más líos!
Se quedan en silencio un momento.
— ¿Y sí mejor jugamos piedra, papel o tijera? El que pierde, habla con ella.
—Bien, llorón.
— ¡Piedra, papel o tijera! —dijeron al mismo tiempo.
Y Jess tuvo que ir a hablar con Sophie.
«Estúpidos juegos de azar» pensó el joven.
Él sabía que estaba comportándose como un niño pequeño, pero no podía evitarlo. Le daba pánico darle la noticia a su Solecito. Y no es para menos... Sophie odiaba las fiestas.
Sí, todo aquél drama se debía a una ridícula fiesta.
Una amiga de su madre iba a celebrar una gran fiesta en la víspera de año nuevo en el salón de eventos más hermoso de la ciudad e invitó a toda la familia Morrison a la celebración, Sophie Middle incluida.
Su mamá les había dado la tarea de informarle a la chica a Jesse y Christian, sin embargo, ninguno de los dos quería hacerlo ya que temían de su reacción. Ambos sabían lo mucho que le desagradaban las fiestas a Soph y no querían hacerle pasar un mal rato, pero todos estaban obligados a ir y eso no estaba a consideración.
Y por si fuera poco, la fiesta ya era al día siguiente y aún no sabía nada.
Estaban en grandes problemas.
—Hey —saludó Jesse cuando se acercó a Sophie la cual estaba sentada en el salón utilizando su computadora y con un auricular puesto en su oído.
—Hola —murmuró ella con la atención puesta en la pantalla—. Escuché a Chris llamarte gallina hace rato.
—Sí, bueno, Christian es un perdedor —repuso nervioso—. ¿Qué haces? —curioseó el chico. Ella lo observó un momento antes de responder.
—Miro vídeos de gatitos —sonrió con ternura y luego soltó una risa—. En realidad buscaba unos vídeos míos y no sé cómo después ya estaba viendo el videoclip de "Where is the love?" de los Black Eyed Peas, luego uno de unos chicos bastante raros que tienen una banda, "Cinco Segundos de Algo" —frunció el ceño—. Estoy segura de que uno de ellos tenía el cabello verde —señaló a la pantalla—. Y ahora estoy mirando gatitos sin saber cómo llegué aquí —Jess se encogió de hombros.
—La magia del internet —ella rio castamente y él se decidió hablar ya—. De hecho, necesito hablar contigo sobre algo más o menos importante.
