Estaba en mi cama, durmiendo plácidamente, cuando alguien empezó a llamarme y a agitarme violentamente.
-¿Estoy teniendo pesadillas otra vez?- me pregunté en voz alta, intentando adaptar mis ojos a la luz que entraba por la ventana.
-¡Oye! No soy ninguna pesadilla- me reclamó la silueta al lado de mi cama-. Yo soy un sueño de los bonitos.
-¿Emma?- pregunté y me incorporé-. ¿Me estás acosando?
-Justo en este momento no.- Bromeó ella y se sentó frente a mí-. Quería hablarte de lo que pasó el otro día- me comentó y yo la animé a hablar-. Valeria me regañó por besarte, y tiene razón, no debí hacerlo, lo siento, no sé en qué estaba pensando.
-No te preocupes, Emma, está todo más que bien, no fue nada grave- la tranquilicé.
-¿De verdad está todo bien?- me preguntó con un adorable brillo en los ojos, yo asentí con una sonrisa-. ¡Te amo!- me abrazó con tanta fuerza que caí de espaldas y ella cayó sobre mí-. Lo siento- dijo y me ayudó a levantarme otra vez.
-También te amo, amiga- reí.
-De verdad tenía miedo- comentó unos segundos después-. Pensaba que todo iba a estar raro entre nosotras.
-Nunca va a pasar eso- le aseguré-. Y menos por una cosa así, Emma, no quiero perder a una persona tan importante para mí por esa razón tan tonta.
-Voy a terminar llorando como vos.- Bromeó y se secó una lágrima invisible-. Diego y Alex están abajo, ¿vamos con ellos?
-Así que Diego está abajo...- levanté las cejas y Emma rió.
-Vamos a intentarlo- me contó con una sonrisa-. De todas formas no quiero ilusionarme demasiado, al menos no por ahora. Es mejor ir despacio y ver si las cosas funcionan a ilusionarse para nada.
-Te admiro- aseguré-. Tienes control de tus sentimientos, deberías ayudarme con eso.
-Ahora no necesitas controlarlos, estás con un chico que te ama tanto como vos a las oreo- bromeó Emma y yo sonreí.
-Tengo mucha suerte- aseguré-. Me dedicó una canción y ayer la escuché- le conté a Emma con una sonrisa de oreja a oreja-. Es muy hermosa, lloré desde el inicio hasta el final de la canción- reí. También lloré las otras seis veces que la escuché, es que pensar en los dos me hacía emocionar demasiado.
-¿Vos? ¿Llorando cuando estás feliz? Imposible- bromeó y yo solté una carcajada-. Como sea, ¿ya vas a contarme qué hicieron en el baño el sábado?
-¿Qué?- pregunté y sentí la sangre subir a mis mejillas-. Ya te conté, Emma...
-Sí, pero ahora quiero la verdad- ordenó y cruzó los brazos sobre su pecho-. ¿Ya no eres virgen?- preguntó sin rodeos y yo negué rotundamente con la cabeza-. Entonces se tocaron, vamos, algo hicieron.
-Bueno, eso...- las mejillas se me prendieron fuego al recordar lo que habíamos hecho en el baño. Todavía me planteaba cómo habíamos llegado a esa situación.
-¡Oh por Dios!- exclamó Emma-. ¡Lo sabía! Tengo que ir a pedirle a Diego mi dinero de la apuesta.
-¿De la qué?- pregunté.
-Él decía que no habían llegado a nada y yo le decía que sí, entonces hicimos una apuesta- me contó-. Espero que no te moleste...
-No, después de todo son nuestros amigos, y es algo inofensivo- la tranquilicé-. Ahora ve a sacarle ese dinero a Diego.
En otro momento eso me habría molestado, pero por alguna razón no me importó. Quizá porque Diego estaba olvidando a Alex al punto de hacer una "apuesta" sobre nosotros, o porque Emma era feliz con él. Bueno, tal vez era porque tenía amigos, amigos de verdad, y eso iba a quedar para las anécdotas del futuro. Esperaba que así fuera.
ESTÁS LEYENDO
Tú me completas
Novela JuvenilPor culpa de su hermano, la dulce Wendy termina viviendo en casa de Alex, el chico que no ve desde niños y que, para ella, tiene los ojos más hermosos que ha visto. Wendy sabe desde el principio que Alex le traerá problemas, y cuando la cosa empiec...