Uriel fue notificado y enviado a la caza de un ángel rebelde, el cual según cuentan los rumores protegía a una chica de la muerte, su enfermedad era fatal, no había nada que hacer, sin embargo él la protegía, al ángel descendió con espada en mano listo para terminar con la existencia de su adversario, lentamente se fue abriendo paso entre la gente del hospital cuando llego a la habitación la escena que encerraba ese cuarto no fue como la esperaba.
Azrael uno de los más crueles ángeles, estaba sosteniendo la mano de una joven, mientras la cubría con sus cuatro alas su alrededor formando un escudo, el corazón de Uriel fue conmovido y envainando su espada cuestiono a Azrael sobre su forma de actuar, este sin mirarle empezó a hablar mientras sostenía la mano de la joven, una chica pelinegra de tés blanca que reposaba con los ojos cerrados, sus latidos eran cada vez más lentos, estaba muriendo mientras el ángel hablaba:
-¿Sabes? El cielo, no te lo voy a negar, es un lugar hermoso, mires por donde mires la vista es perfecta, si es cierto que me encantaba, todo en la vida iba bien hasta que decidí tomar un pasatiempo, estaba en la asignación de almas me parece que atendí a un multimillonario o algo así, ese hombre no aceptaba la idea de estar muerto, lo siguiente, lo recuerdo bien era un caso como cualquier otro, simplemente tenía que presionar infierno y lo enviaría en el primer expreso hacia el subsuelo.
Sin embargo él cambio mis planes más rápido de lo que pude anticipar, tomo la palanca de reinicio del sistema, haciéndolo regresar y a mi junto con él, ya que al parecer fue un descuido mío y ese era mi castigo, yo el ángel de la venganza reducido a un simple ángel guardián, no me lo tomes a mal pero nunca me gusto la tierra y eso no fue lo peor del caso, al principio quería gritarle al mundo "como volver del cielo, como eludir a la muerte, que era un ángel a su servicio" me hice pasar por su ayudante, empecé a declarar de un trauma que sufrió debido a estar muerto por unos segundos, la prensa me creyó al punto que termino encerrado en un psiquiátrico ¿y yo donde quede? Al servicio de la empresa, al parecer no podía volver al cielo hasta que ese hombre muriera, podría asesinarlo pero iría al infierno, fue una encrucijada sobre lo que debía de hacer y cómo manejar mi nueva "vida" si se le puede llamar así, después de unos meses una chica llego a la empresa-
Uriel interrumpió a Azrael -¿es ella?-
Con mirada triste al ver a su querida protegida el ángel comento: -Es ella... resulta que aquel hombre tenía una hija que nunca reconoció, nadie sabía de su existencia hasta ese día, creció en una familia acomodada como si fuera una princesa, ahora es la mujer más poderosa del mundo, cuando empecé a trabajar para ella lo primero que llego a mi mente fue "no sé cómo le va a lucifer, pero espero que mejor que a mí, es una tortura atender a esta niña" al parecer tenía la creencia que todos éramos sus sirvientes y así lo hacía ver, "tráeme esto, aquello, cómprame la nueva bolsa, quiero ir a tal país, quiero tal bebida" por dios, el infierno podría no ser tan malo, estaba volviéndome loco, ella es una especie de adicta a las compras, pero creo que muy dentro de mi disfrutaba cuidarla, era, es como una hermana pequeña, "me hubiera quedado en el cielo, pero no el loco del psiquiátrico quería estar vivo al menos se pudre en su locura y lo gracioso es que esta cuerdo, solo debo esperar a que muera" lo repetía cada mañana al despertar, lo esperaba cada día con más impaciencia que al anterior.
Finalmente un caluroso día de verano, hubo un incendio en el psiquiátrico debido a una fuga, mi "cliente" terminó gravemente herido, al borde de la muerte y francamente no quise ayudarlo, sólo observe como lentamente su vida desaparecía en el hospital, lo disfrutaba, pero note algo, su hija no estaba en la recámara.
Había un congreso mañana de la junta directiva, así que fui a buscarla en su departamento, al parecer su "hija" tampoco iba a hacer algo por él, "es un demonio disfrazado de mujer" fue lo que pensé mientras caminaba a su puerta.
Pero en esa ocasión no pude entrar al apartamento, debido a que la puerta estaba bloqueada, así que decidí ingresar por la escalera de incendios, vaya ironía, bueno cuando entre la vista no fue la que esperaba, había todo tipo de botellas, entre y empecé a buscarla, estaba recostada en su sofá, mientras me acercaba comprobé su llanto, creo que había pasado todo el día encerrada; empezó a hablar me contó:
"Que fue abandonada por su padrastro cuando era niña y su madre murió al poco tiempo, por lo que fue criada por sus sirvientes, siempre encerrada, siempre sola creyó que al descubrir quién era su verdadero padre al fin tendría a alguien, pero estaba loco"... admito que me sentí culpable en ese momento más que nada por mandarlo al psiquiatra.
"quizá podría ser tu amigo" así es, con esas palabras selle de nuevo mi entrada al cielo, pero estaba destrozada y no quería dejarla, sé que sus ojos azules van a acabar con mi vida celestial, pero al menos sé que será feliz, convirtiéndome en su ángel guardián, su padre murió y yo no regrese me quede a su lado, cuidándola, la vida fue cruel con ella, pero el destino la recompenso ya sé que siempre será una chica mimada pero al menos eso hace que sea divertido acompañarla, te contare de esa vez que...-
Uriel suspiro e interrumpió la narración de Azrael -"no es tu decisión Azrael, quítate o sufre las consecuencias de tus actos"- el ruido de dos espadas desenvainando retumbo en la sala, y como un relámpago la espada de Uriel retacho contra la de Azrael -"la rebelión no es una opción, ni una decisión es la consecuencia de una acción en contra de los intereses del pueblo por lo que voy a pelear, de todas maneras voy a morir, así que al menos lo hare peleando" -
Ambos apartaron sus espadas y Uriel rompió el silencio: -"te quejas, lloras, sufres, odias, eres igual a estos seres inferiores, el Azrael que conocí los hubiese masacrado sin piedad alguna"- Azrael suspiro y soltó su espada -"Si, es cierto pero yo amo a estos seres inferiores como les dices, ¿son malvados?, quizá, pero hacen más que tu o que yo, afrontan adversidades y continúan pese al miedo que hay en sus corazones, ellos tienen esperanza ¡y yo también!"-
-"¡pues muere con tu basura humana!"- fue lo último que escucho Azrael, antes de que la espada de Uriel destruyera su vida, ningún remordimiento se vio en su rostro, solo una sonrisa que reflejaba la calma de su alma, su existencia despareció, debido a su naturaleza angelical todo recuerdo de su vida en la tierra fue borrado como si nunca hubiese existido.
En ese momento una oscuridad se cernió sobre el ángel -"puedo esperar un poco más, Uriel, vámonos..."- susurro la sombra que se presentó como la muerte, la historia le había conmovido y no permitiría que su sacrificio fuera en vano, Uriel molesto por la intervención trato de luchar pero no tuvo opción, más que aceptar su nueva orden, ambos desaparecieron tragados por la noche, lo único que quedo para recordar al ángel de la venganza que cuido a la chica, fue un collar en forma de dos alas unidas por una aureola el cual descansaba en el cuello de la joven, su contrato que nació del cariño a una mortal había salvado su vida, pues la muerte decidió dejar en paz a la chica, al menos hasta que envejeciera.
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Historias en las tierras olvidadas
General FictionNarraciones fantásticas de diferentes lugares, ninguna es igual a la anterior, se mueve entre la cruda realidad y la locura mas ajena a la moral, desde lobos que quieren cenar hasta ángeles que a la tierra desean bajar, un reencuentro entre amigos o...