Bestias

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— Si, señor. Recibido... Por supuesto que los protegeré.

Cortó la llamada y miró a su compañero. Se habían metido en un problema enorme y no se habían dado cuenta hasta ese momento en el que su líder los había contactado. Salieron de la sala y se juntaron con sus demás compañeros, quienes estaban esperando ansiosos, esperando que la llamada haya traído únicamente buenas noticias y no otras cosas.

Soonyoung buscó la aprobación de Jihoon, quien asintió con la cabeza sin abrir la boca.

— Nos hemos metido con la persona equivocada. Es una empresa del Señor Ong.

— Mierda... —murmuró Hansol— ¿Acaso ese señor no había comenzado una "nueva vida"? Estamos muertos, Hoshi...

— Saldremos de esta —intervino Jihoon— S.Coups y yo prometimos sacarlos de aquí sin importar cuales fueran las dificultades.

— El inconveniente es que tendremos que dejar todo atrás, no podemos llevarnos nada... —fue Jeonghan esta vez el que abrió la boca.

— Tienes un buen punto, pero mierda... Ya estamos aquí adentro, tenemos que llevar al menos una cosa o dos —Mingyu abrazaba su mochila con joyas a la vez que hablaba.

Con un plan siendo organizado durante tres meses, el grupo de robo SEVENTEEN estaba ahora dentro de la joyería Purity, una muy renombrada y con accesorios de calidad inmaginable. El problema estaba en que la franquicia pertenecía al Sr. Ong, con quien ya habían tenido un roce antes, tratando de robar otra tienda suya, de la cual habían salido a penas con vida. Pero si ya lo conocían ¿Por qué cometerían el error de volver a robar una de sus tiendas sabiendo que la última vez casi habían sido vencidos? Sencillo. Ni ellos sabían que se trataba del Sr. Ong.

El Sr. Ong había desaparecido probablemente durante un año. Manejaba varias tiendas de accesorios únicamente para cubrir su trabajo verdadero, tráfico de drogas y quien sabe que otras cosas más, ni SEVENTEEN tenía tanta información sobre él. El grupo había pensado que estaba muerto, que se había ido del país, probablemente que estaba en una isla tratando de no ser descubierto por los policías, pero ninguno de esos pensamientos habían estado correctos. El Sr. Ong seguía ahí, vivo y sano como siempre, pero había borrado toda su información con ese nombre y ahora tenía otro. Por haber descuidado ese detalle tan simple que con un poco de investigación extra podrían haber descubierto, ahora estaban metidos en un gran problema y ni si quiera sabían si iban a salir vivos o no.

Al menos tenían conocimiento completo de la tienda donde estaban, Jihoon la conocía como si hubiese vivido allí toda su vida. No era grande, para nada, pero tenía una que otras cosas con las que los empleados podrían defenderse. En ese momento las puertas se encontraban cerradas y la luz no entraba al lugar, pues además de las puertas de vidrio, tenían otras de chapa que utilizaban cuando dejaban la tienda sin ninguna supervisión.

Los rehenes se encontraban en una esquina sentados, con las manos y pies atados. Estaban asustados, temblando y sudando. Pues claro, quien no estaría asustado con tremendo escándalo ocurriendo frente a sus ojos.

— ¿Y bien? —Chan se levantó del suelo, donde había estado escuchando la conversación de sus mayores desde hace un buen rato. Como no estaban llegando a ningún punto decidió interrumpir— ¿Cómo salimos entonces?

— No tenemos ni puta idea. Vamos a morir aquí —confesó Seungkwan aterrado mientras se mordía las uñas y miraba con preocupación a los demás miembros del grupo.

— Es cierto, no tenemos idea —dijo Jihoon— pero saldremos de aquí. No tenemos mucho tiempo así que tenemos que hacer algo ahora.

— En una hora o menos la gente del Sr. Ong estará aquí, debemos apurarnos. Saben que esa gente no es de hablar y negociar, así que no podré hacer nada —Soonyoung era el mejor hablando y negociando de todos en la banda, pero la gente de su rival no era para nada amable y tampoco paciente.

Bring It - SEVENTEENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora