Santiago.
Me revolví entre las sabanas tratando de recordar donde estaba. Pero este lugar no me parecía conocido.
Hasta que abrí los ojos y recordé que ayer entre la celebración llegué otra vez a mi nuevo apartamento.
Jhon me mataría de nuevo. Pero esta vez estaba solo o eso creía. Examine bien a mi alrededor y estaba una chica que ni me acordaba de su nombre. No lo había arruinado como la noche anterior trayendo a Jessica o a Alison.
ya pronto tendría que echar a mi invitada. Tome un vaso de agua mientras me sentaba en el sofá al frente de los grandes ventanales que separaban la sala del balcón. Tratando de recordar mi noche anterior, había salido ganador otra vez, a pesar de todo.
Los chicos tal vez estaban molestos por lo de Lara, pero ese asunto no lo resolvería por ahora. Lara era como un grano insoportable en el trasero. Me había dejado un morado en la frente y después escapo, era una chica tan salvaje y escurridiza. Podía definirla ya de tantas formas: Patito feo, fenómeno, Salvaje. Ya había tenido muchos enfrentamientos con ella, esto no acababa.
Todo lo molesto de esto era siempre que a cualquier lado que iba, siempre estaba ella. Y así sería durante un buen tiempo, porque estudiábamos juntos.
Recordé como nuestras narices se rociaron por un momento la noche anterior y como pude ver sus ojos miel irritados por la ira, Lara era una chica muy temperamental e insoportable, con carácter de hombre.
Quería deshacerme de ella lo más pronto posible, no verla más.
También pensé un poco en Blair, no habíamos hablado desde ayer cuando la ignoré. Pero tenía que entender que no éramos novios, ya era adulta, tenía que entrarle en la cabeza de alguna forma.
La chica salió de mi cuarto con su cabello todo revuelto. Era una morena de piernas largas y cabello negro ondulado largo. Yo, de verdad tenía muy buenos gustos. Eso si tenía yo, podía haberme acostado con muchas mujeres, pero ninguna era fea
Tenía el vestido desarreglado y los tacones en la mano, dio unos cuantos pasos y Ella sola camino hacia la puerta, sin yo decirle nada.
Mientras abría la puerta, se volteo y me sorprendió con un completo asalto a mis labios.
Yo obviamente no me inmute y seguí la corriente.
Las mujeres era mi perdición. Cuanto termino el beso me miro.
–Espero tu llamada mañana guapo. - dijo.
Ni cuentes con eso. Pensé.
–Obvio que no lindura. - Y le cerré la puerta en su cara.
Yo nunca llegaba con acuerdos con las mujeres, donde decía que al día siguiente las tenía que llamar. Pero ellas solas se metían esa idea en la cabeza. Eso tenían que pensarlo antes de abrirse de piernas a mi sin más.
Jhon me llamo.
–Estas en el apartamento. - pregunto en seguida.
–Claro, donde más, necesitaba privacidad para celebrar. - le dije elevando mis comisuras. Lo quería molestar un poco.
Suspiro a través de la llamada.
–Dime por lo menos que no se te fue de control. - pregunto.
–No primo, hoy todo tranquilo por aquí. - dije.
–Está bien, por cierto, más tarde tenemos una cena de bienvenida con Ana y su amiga. Así que espero que tengas el apartamento arreglado.
–Okey, sabes que me encanta organizar. - en seguida colgó.
Eran a penas las 7:00 de la mañana, tenía tiempo para otro desastre más y después arreglaría.
Tenía dos teléfonos ahora, uno para las mujeres y otro que no lo tenía casi nadie, nada más mis cercanos.
Comencé a llamar chicas, hora de un último encuentro.
Un rato más tarde, estaba mi piso repleto de chicas, les había dicho que usaran traje de baño, porque era una fiesta playera. Sin la piscina.
Igual ellas no les importaría eso, solo estar conmigo. Baje un momento a recibir un delivery de Alcohol y cigarros. A veces fumaba, pero no tanto como antes.
Cuando venía de regreso con las cosas, me percate que en el estacionamiento había una moto Harley. Parecida a la de Lara, pero me sorprendí más al ver que estaba justo al lado de la moto de Luke de competencia.
Así que mis conclusiones eran reales, Lara era la mejor amiga de Ana.
Y seria... mi vecina. Por un momento, pensé en mudarme en seguida, decirle a Jhon que no viviría aquí por obvias razones. Esto sería perder un buen apartamento.
Pero era mi oportunidad tal vez para hacerle la vida imposible. Tal vez era el destino, que me demostraba una vez más que tenía que vengarme.
No quería que Jhon estuviera involucrado en esto, ni Ana. Así que haría todo lo posible por hacerlo lo más disimulado posible.
Camine por mi pasillo, donde se ubicaba los dos apartamentos. Y vi la puerta de Lara.
Haría lo posible por hacer sus días insoportables. Tome la excusa de que Ana estaba con Jhon en la casa. Para aprovechar el momento solo y hacer un último desastre. Así que subí mucho el volumen la música y las chicas en el apartamento comenzaron a saltar y a bailar.
No fue cuestión de minutos antes de que sonara mi puerta.
Y ahí, sin más. Estaba ella. Con una bata que se marraba en la cintura, que tapaba su pijama de carritos. La camisa del pijama era lo suficientemente enorme para que le llegara más debajo de las rodillas. Tenía un moño todo desordenado y unas ojeras de no haber dormido. Sus ojos color miel se oscurecieron al ver directamente. Pude notar más sus pecas en su pequeña nariz. A la luz del día y acabada de despertar. Se notaba más.
Tuvimos un enfrentamiento con respecto al volumen de la música, pude ver su cara de asco al ver la cantidad de mujeres en el apartamento.
Hoy no sería tu día Lara, me dije.
Le mentí diciéndole que la fiesta era del primo de Jhon, solo una pequeña mentira para hacer su sorpresa peor.
Así no se daría cuenta que su verdadero vecino era yo, por ahora.
Rodo los ojos unas cuantas veces, torciendolos y dejandolos en blanco una y otra vez. Vi como se pequeña mano se tensaba en un puño.
Lara dijo algo sobre una enfermedad de transmisión sexual lo cual espanto un poco a la chica sexy que tenía entre mis manos.
Estúpida Lara.
La chica se tranquilizó al no saber que era ETS, cuando le explique que era una pequeña broma entre amigos. Ella solo se rió. Era lo suficientemente cabeza hueca o rubia, para saber que era una enfermedad de trasmisión sexual.
¿Lara quería chistes así?
Su chiste mas grande seria hoy en la noche, cuando me viera en la cena. Cuando descubriera que su verdadero vecino era yo.
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Aléjate o déjate llevar
Novela JuvenilLara y Santiago, muy diferentes pero al mismo tiempo tan iguales, con las mismas ganas de comerse al mundo. Lara es una chica fuera de lo común, desde su aspecto hasta su personalidad ruda y fuerte, chocara con Santiago al demostrar de verdad que un...