Capitulo 34

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Lara.

Había programado la alarma para despertarme temprano hoy domingo, tenía que estudiar. Para toda la semana, me gustaba ser una chica responsable y dedicada. Eso siempre lo demostraba mis notas. Después de haber discutido con Ana y haber tenido un enfrentamiento con Santiago y sus amigos. Además de robar una moto. Me sentia terrible.

Había amanecido en un mirador de Chicago, pensando mientras miraba la ciudad. Llegue con el propósito de estudiar.

Pero era lo último que había hecho, rodee durante la última media hora en la cama despierta, dando vueltas, contando las líneas que separan los paneles del techo. Hasta que sonó la alarma.

Hasta que gruñí como mi último intento de quedarme en la cama y salí de ella. Basaría mi mente de lleno en el estudio. No más problemas, tenía que concentrarme.

Anastasia se había quedado donde Jhon, esperaba de verdad que no estuviera muy molesta conmigo.

En seguida me llamo, pensando en el rey de roma y ella que llama. Me dije.

–Hola Ana. - le dije, mi voz sonaba cansada.

–Hey, lo siento por lo de ayer. - dijo ella, cuando en realidad la que tenía que disculparse era yo.

–Estas loca Ana?. - suspire mientras hablaba despacio. - La culpable soy yo, tengo que dejar de hacer estupideces y de actuar como si tuviera 18. Discúlpame tu a mí, de verdad. - en seguida se rio.

–Todo está bien Lara, te conozco desde pequeña. Se que piensas antes de que lo hagas. - se rio de nuevo. - te quiero amiga. - me dijo finalmente.

–Por cierto, hoy en la noche es la cena de bienvenida para Jhon y su primo, así que ya sabes. Yo sé que no te dije nada antes de lo planeado, pero te enviare una nota explicando todo lo que tienes que hacer. - dijo Ana.

Así que esta noche por fin conocería al famoso primo de Jhon. El rompe corazones, por lo que había escuchado.

–Esta noche sacare mis dotes culinarios entonces. - dije bromeando.

–Sin alardear Lara. Sabes que cocinas rico, no hace falta el chiste, así que prepara todo excelente. - dijo y finalmente colgó.

Claro que cocinaba muy bien, durante 24 años. Había estado en 14 diferentes países, había estudiado su idioma y su gastronomía. Además de los deportes, mi inteligencia, agilidad y disciplina en todo. Era muy buena chef.

Pero antes, estudiaría un poco.

Estaba sentada en la cómoda sala, estudiando para la semana, hasta que en cuestión de minutos sonó una música que se llevó toda mi atención ¿sonó? Quiero decir: casi tumbo las paredes, si se podía llamar "música" que estaba sonando.

–Maldita sea, no otra vez. - dije, de seguro estaba el primo de Jhon haciendo desastres de nuevo.

Me puse unos audífonos para poder tratar de estudiar tranquila y cerré todas las ventanas. Pero nada de las soluciones que me plantee funcionaron para poder seguir estudiando. Que vecino tan desconsiderado, ignorante. Le hacía falta conocerme para que respetara.

Así fue como dejé mis libros y apuntes en el sofá y fui a resolver el problema de una vez por todas, salí de mi comodidad para hablar con mi supuesto "nuevo vecino" que no había conocido pero que ya de por si no me caia bien.

Llegue a la puerta no muy lejos de parecerse a la mía y toque.

Cuando esa puerta se abrió... fue muy grande mi sorpresa.

Aléjate o déjate llevarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora