De nuevo ese detestable sonido aparecía en mis oídos. La música que sonaba en el componente no era especialmente mi favorita y la fecha acababa de arruinarlo.
La fiesta de fin de año no me importaba en absoluto, no hay nada de bueno en ellas. Las mismas caras arrogantes e hipócritas de tus familiares rondan por la casa (la que se pelearon por meses para demandar quién sería el verdadero heredero). Todo es basura.
Acomodé la corbata negra de mi esmoquin, esto había sido sin duda idea de mi madre.
Tienes que estar presentable Jung
Y eran tan ciertas sus palabras, ya que la gente como te mira te trata y yo no quería ser un cero a la izquierda en esa mesa. O quizás si. Así me evitaba cientos de cosas, como las comunes críticas qué hacen al hombre.
Mi madre decidió invitar a más vecinos que familiares, eso no me molestaba, pero en ciertos puntos no me llegaba a agradar. La mayoría de la gente que entrara por esa puerta la iba a desconocer.
Salí de mi recamara arreglado, oliendo a la fragancia más dura y varonil. Ese olor que penetraba mis narices denotaba suficiente en mí. No faltaron las miradas de soplones al terminar de bajar las escaleras.
En la sala de mi casa había más de cinco personas desconocidas, claro para mí. Pase de largo, después de todo si llegaba a saludar ellas ni siquiera lo notarían por estar de espaldas. Entré a la cocina y mire a mi madre inclinada girando con su mano la llave para apagar el horno.
Ella se giró con una sonrisa. Se miraba cansada, las bolsas de debajo de sus ojos no engañaban a nadie.
— ¿Pasa algo cariño?.— se dirige hacía mí con voz cálida.
Yo simplemente niego y la miró de arriba abajo. El vestido que portaba le hacía lucir más joven, el color vino iba con el tono fresco de su cuerpo, sus caderas se remarcaban más y su cintura se observaba muy moldeada.
Mi madre es hermosa.
Los pendientes caros que mi padre le había comprado los estaba utilizando, su pelo colgaba de un broche color bronce y su rostro estaba levemente maquillado.
—¿Puedes llevar esto al patio trasero? Dentro de unos minutos comenzaremos.—dice mostrando dos canastos con pan bañado en ajo.
Asiento y los recibo, comenzando a caminar hacia la puerta que me dirige al patio.
La noche está siendo cálida, fría más que en otras ocasiones, de seguro esto es a causa de la estación en la que nos encontramos.
Una carpa de gran tamaño color blanca cubre mi vista, provocando que deje de ver aquel cielo azul oscuro. La música resonaba más en mis orejas. Tal vez era porque me encontraba a un lado de la bocina.
Había tres mesas redondas afuera, cada una de ellas tenía seis sillas al rededor. Los cubiertos estaban acomodados ya arriba de las ellas, junto con una botella de champagne dentro de un balde con hielo. Las copas resaltaban por el fino brillo de la luz nocturna.
Lentamente depósito los canastos en una mesa y regreso adentro de la casa. Al ingresar nuevamente me encuentro con la sorpresa que han llegado más personas, todas ellas visten trajes elegantes de marca.
En esta ocasión hago una reverencia cuando pasa una mujer a mi costado con un señor de edad más vieja que mi progenitor, ellos regresan el saludo con una sonrisa, que francamente ignoro.
El timbre de la casa suena, espero a que alguien se ofrezca a abrir pero todos se miran muy entretenidos en sus platicas de dinero y viajes por el mundo.
ESTÁS LEYENDO
Amorette ➸ HopeMin
FanfictionEl no era el chico de sus sueños, pero lo fue siendo con el paso del tiempo. A él no le importaban las cosas que hablaran a su alrededor, después de todo sólo eran pálabras. Palabras que te llegan a herir o a enamorar, que te hacen soñar por días en...