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La noche era fría.
El viento soplaba con fuerza y las hojas de los árboles se movían lentamente, en un ligero vaivén.

–¡Podemos irnos a otro lugar, saldremos adelante!– Las maletas ya estaban hechas y aún así, Vicky seguía insistiendo en que se quedará y huyeran.
–Ya le dije que volveré con el, sabes que es por nuestro bien. Y el de los niños.– En su mano izquierda sostenía una maleta color verde, en su mano derecha cargaba a el menor de los hijos.
Cabellos rojizos y desordenados. Aún tenía unos meses de nacido, incapaz de saber qué era lo pasaba a si alrededor.

Gustav había entrado en una crisis después de muchos años, extrañaba a su hijo Sebastián.
Por muchos años trato de olvidar a quien, según el, eligió la basura en vez de la familia. Pero ningún padre podría olvidar a su propio hijo, ni siquiera Gustav.

En su desesperación, recurrió a amenazar a Glam con quitarle a su familia si no volvía.
Aunque Victoria creía que jamás podría hacer algo así, Glam sabía que su padre era capaz de cualquier cosa. Incluyendo un asesinato.

Decidieron quedarse cada quien con un hijo.
Vicky se quedaría con Dee y Glam con El pequeño Heavy. Sin que ambos lo dijeras, sería una pequeña forma de recordar al otro por sus facciones.

Sin nada más que decir, Glam dio media vuelta y comenzó a caminar entre el frío de la noche. No dijo adiós, ni siquiera volteo. Simplemente camino, dejando esa vida atrás.

Al llegar, no hizo falta que Glam tocará la puerta, pues su padre ya lo estaba esperando.
–Bienvenido, hijo mío.– La sonrisa que tenía en el rostro, era de un completo psicópata, un loco.

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Ya se, ya se. Estuvo corto.
El siguiente capítulo será un poco más largo UwU.

Crazy love •°Dee x Heavy•° EN RENOVACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora