Jiraiya regañó a Percy durante todo el camino de regreso, excepto cuando Naruto estaba cerca, porque había sido el único sin enterarse de las habilidades de la semidiosa.
—Pequeña idiota —murmuraba el de cabellos blancos cuando caía el silencio—, ahora Orochimaru estará detrás de ti también.
—Lo siento —fue la respuesta de Percy, dos palabras que había usado más en ese viaje de regreso a la aldea que en toda su vida antes.
Y aunque Jiraiya estaba usando el papel de molesto, lo más gracioso de la situación era que se encontraba cargando a la azabache sobre su espalda.
Claro, Percy había terminado tan cansada después de haber soportado el poder de dos dioses sobre su cuerpo, que no tenía muchas fuerzas restantes.
Tsunade la había revisado rápidamente, le había dicho que había llevado su cuerpo al límite y que tendría que tener por lo menos dos semanas de reposo al llegar a la aldea, en el hospital para que estuviera bien monitoreada.Naruto en realidad no sabía a que se debían las pequeñas discusiones que Percy y Jiraiya tenían, la única duda que él tenía en su cabeza era quien era la otra chica rubia que había visto durante la batalla.
Antes había pensando que probablemente estaba viendo doble a Tsunade, pero la otra chica tenía su cabello de un rubio más brillante y no estaba seguro pero creía haber visto el destello de unos ojos azules, como los de él.---
Estaba acostada en una camilla del hospital, mirando por la ventana y pensando en lo rápida que su recuperación podría ser si tan solo pudiera sumergirse en una tina llena de agua por un par de días.
—Percy —le llamó una voz desde la puerta de la habitación—. Tiempo de no verte.
—¡Hola, Neji! —le dijo Percy, al tiempo en el que le regalaba una sonrisa amigable.
El chico de ojos aperlados entró a la habitación y se paró a un lado de su cama.
—¿Qué haces aquí? —le preguntó el chico, la azabache no tenía ninguna herida ni vendaje visible.
—Estuve en algo así como una misión y recién regresé a la aldea hace medio día—dijo ella mientras se encogía de hombros—, ¿y tú?
Neji negó con la cabeza.
—Me refiero a, ¿qué te llevó a estar en el hospital como paciente?
Percy se quedó callada, ¿qué se suponía que tenía que responderle? ¿"exploté demasiado mi cuerpo para poder asesinar a uno de los tres legendarios Sannin para que al final pudiera escaparse porque estaba llegando a mi límite"?
Y antes de que pudiera responderle con una excusa, la puerta de su habitación volvió a abrirse.—¡Percy! —gritó la inigualablemente emocionada voz de Rock Lee mientras dicho chico entraba a su habitación. Podía caminar como antes, pero había escuchado que necesitaría más terapia para volver a correr como antes, y su brazo seguía en las mismas condiciones pues ella no había tenido la oportunidad de curarlo, y menos ahora, que después del enfrentamiento contra Orochimaru, la línea de Apolo apenas había quedado como un pequeño punto en su antebrazo—. Me enteré que estabas internada, ¿qué pasó?
—Me enfermé... ¿del estómago? —respondió la azabache por la presión.
Neji la miró con las cejas arqueadas, era obvio que no le creía.
—Oh, que mal —contestó Lee sinceramente, él si había caído en su tonta mentira—, ¿y ese mechón de cabello blanco?
La azabache frunció el ceño, tomo su cabello con una mano hasta acomodarlo para que cayera por su pecho, y como había dicho Lee, había un mechón que no era de su usual cabello negro.
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Abismo.
FanfictionPerceia Jackson solo sabía tres cosas con seguridad. La primera, era que tenía 6 años. La segunda, era que era huérfana. Y la tercera, era que comenzaría a entrenar para convertirse en una kunoichi al día siguiente. Todo muy normal, incluso la parte...