LA DAMA DE BLANCO

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El silencio es la compañía perfecta cuando se camina entre las tumbas de los no vivos y cuando leas esta historia de la Dama de Blanco, se te va a poner la piel de gallina.

En 1910, el reconocido escritor Enrique García Velloso tuvo una hija quien llamó Luz María. La pequeña heredera fue creciendo hasta convertirse en una mujer hermosa y bondadosa, rodeada siempre por pretendientes que admiraban su belleza y su frescura.

Todo era alegría y felicidad en su vida, hasta el día en el que el médico se comunicó con ella y su familia para darles la peor noticia: tenía leucemia, y no había nada que pudieran hacer para salvarla del calvario en el que se convertirían sus días.

En muy poco tiempo, su luz se apagó. Débil y con un último susurro, se despidió de su familia que la había amado tanto, y pasó a mejor vida. Su madre estaba devastada. Sólo podía sentir dolor, y para honrarla diseñó ella misma la tumba de su hija y construyó un misterioso umbral junto al sepulcro, donde pasó noches enteras llorando por la pérdida de la joven.

Lo que pasó después te va a poner los pelos de punta. Cuenta la leyenda que una noche calurosa de verano, un grupo de amigos se juntó en un bar y pasadas las doce, llegó una asombrosa mujer vestida de blanco que sólo con su presencia captó la atención de todos los presentes.

Uno de ellos no podía dejar de mirarla. Era sencillamente increíble, parecía un ángel caído del cielo por su belleza sobrenatural. La observó de pies a cabeza para recordar siempre ese nivel de perfección... su cabello, su cara, su mirada... era simplemente lo mejor que había visto en toda su vida.

Pasados unos minutos, la mujer le sonríe y lo invita a sentarse junto a ella. Él, incrédulo, se acerca y comienzan a conversar. Hablaron de todo... el misterio y la gracia con la que ella se desenvolvía lo tenían totalmente embobado.

Las horas pasaron y la charla siguió hasta que la mujer le explicó que debía regresar a su hogar. Como buen caballero, salió con ella del lugar y le ofreció su abrigo para protegerla del frío.

Caminaron de la mano por un tiempo, y cuando llegaron a la esquina del cementerio de la Recoleta, más precisamente en la esquina de Vicente López, la chica se despidió y comenzó a correr desenfrenada en dirección al umbral donde descansan los muertos.

El jóven, desconcertado, intentó buscarla, pero la perdió de vista casi de inmediato. Comenzó a subir las escaleras de mármol del portal, y se dio cuenta que estaba frente a un portón cerrado con cemento. ¿Cómo podía ser que haya desaparecido, tan bella, entre las tumbas? ¿Nadie la había visto?

Necesitaba encontrar una respuesta, necesitaba volver a verla. Entonces se quedó cerca del cementerio y cuando abrió las puertas al público, le preguntó al guarda sobre esta misteriosa muchacha que le había robado el corazón.

Por la expresión en la cara de aquel hombre, se notaba que no era la primera vez que escuchaba esta historia. Para saber si se trataba de la misma persona, la describió. Fue tal y cual el jóven la recordaba de la noche anterior.

Entonces, pensando que se trataba de una broma, el guarda lo guió hasta la tumba de Luz María y le contó su trágica historia. El cáncer, la tristeza de su madre y por qué era tan reconocida.

La cara del joven se desdibujó cuando vió la lápida con el nombre de la muchacha fallecida, y una foto idéntica a la mujer que se había encontrado en el bar. A los pies de la tumba, estaba su campera, la misma que le había dado para resguardarla del frío de la madrugada.

Aún hoy, muchos siguen hablando de esta mujer. La bella jóven conocida como la dama de blanco de recoleta. Aparece en cualquier lado... bares, fiestas, y reuniones. Aparece con su rostro hipnotizante y su mirada observadora, lista para invitarte a sonreírle.

Aparece... y cambia tu vida para siempre.

 y cambia tu vida para siempre

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