Mil trozos

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Luis y Alba caminan de la mano desde el patio hasta el coche. Cuando ya ha arrancado, se da cuenta de que se le ha olvidado mencionarle a la profesora de Alba que a Noelia y a él les gustaría tener una tutoría con la profesora de apoyo de Alba.

Ambos tienen la sensación de que hace un tiempo que Alba parece tener más dificultades y le cuesta mucho hacer las tareas para casa.

-Alba, me tienes que recordar que tenemos que reunión con Adriana.

-No está-comenta mientras juega a lanzar a Fipi por el aire y recogerlo sentada en su silla.

-¿Está malita estos días?

Alba se encoge de hombros sin saber muy bien a qué se debe la ausencia de su profesora de apoyo.

-No está desde hace muchos días.

Luis se queda pensativo pero no le da más importancia porque Alba tiene bastante distorsionado el concepto del tiempo.

Después de comer y partírsele el corazón una vez más mientras ve a Alba llorar sentada frente a la ficha.

Luis suspira y toma asiento en la silla dónde está ella colocándola sobre sus piernas.

Aitana llega a casa cuando Luis ha empezado a preparar las merienda y Alba juega sobre la mesa a ordenar todos sus animales en una fila.

Tras saludar a Luis, se sienta a su lado para darse mimos y que le ayude a seguir con los juguetes.

Luis saca un bol más para prepararle también a Aitana yogur con frutas.

Cada día, Aitana está más convencida de que la felicidad son precisamente esos momentos como ese en el que Alba le sonríe culpable después de haber metido la cuchara en el bol de Luis y su padre finge no haberse dado cuenta mientras acaricia la pierna de Aitana por debajo de la mesa.

La buena intención de Luis queda empañada por las lágrimas que cubren el celeste de los ojos de Alba cuando saca las invitaciones de cumpleaños que compraron hace meses porque les gustaron muchísimo.

-Aitana y yo ponemos el nombre si tú quieres-propone sacándolas de la bolsa para extenderlas frente a la niña- Y tú puedes firmarlo, ¿vale, cariño?

Alba se ha sentado sobre las piernas de Aitana y se esconde en su cuerpo abrazándola.

-Venga, ¿a qué niños vas a invitar a tu cumple?-le pregunta Aitana después de dejar un beso en su cabeza- Que ya vas a ser súper mayor.

-No quiero-balbucea sin salir de su escondite.

-Cariño, ¿cómo no vas a querer hacer una fiesta? ¿Invitamos a Martín?-le insiste Luis llamando su atención.

Alba se encoge de hombros meditando la propuesta.

-Y a Lía-propone al acordarse de la hermana pequeña de su mejor amigo.

-Genial. ¿Y a quién más?-dice Luis después de rellenar el nombre y tendérsela a Alba para que escriba con un boli con purpurina el suyo.

Alba suelta el boli y niega con la cabeza escondiéndose en el cuerpo de Aitana otra vez.

Aitana y Luis cruzan una mirada y el padre de la niña suspira de nuevo pasándose la mano por la frente. Traga saliva y Aitana tiene tentaciones de alargar el brazo y estirarle ceño que se le ha fruncido al ponerse serio.

-Alba, mírame- acerca su silla a la de Aitana y le gira la cara para poder hablarle de frente -¿Qué está pasando? ¿Qué pasa en el cole con los otros niños?

No es normal que una niña de seis años no quiera celebrar su cumpleaños. Luis no puede llegar a entenderlo a menos que esté pasando algo serio en el colegio y sus compañeros.

Canción Desesperada (II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora