Colapso...

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Advertencia: groserías, cortes, sangre/gore, depresión, anorexia, temas secretos y sensibles.

Todoroki quería quedarse y luchar una vez más, por su madre, por sus hermanos, por la pequeña Eri que había sufrido algo parecido a él y por Izuku (aunque este no le armará), ¡maldición! Incluso por Kirishima que había estado junto a él por unos momentos, pero... Ya no aguantaba más, había aguantado toda su vida, mas antes alguien sabía de su sufrimiento, ahora nadie, todos se tragaban es cuento de que Endeavor había cambiado, ¡falso! Él ya era así y nunca cambiaría, debía de aceptarlo y soportarlo.

...

Aquella madrugada de viernes, más específicos a las cuatro de la mañana, se dirigió al baño, se miro en el espejo y suspiro pesadamente, sus ojeras eran mucho peor que las de Aizawa-sensei y Shinso juntos, irritados y ardían a la luz. Sabiendo que aún faltaba para la escuela, decidió arreglarse, se lavó la cara y colocó el corrector bajo su ojo derecho. Cuando se sacó la camisa de dormir puso ver su horrible cuerpo, tan delgado, se le notaban los huesos, piel pálida que hacía un gran contraste con todos los cortes, hematomas y quemaduras de su cuerpo. Se subió a la pesa y vio el número que marcaba.

— 36 Kg. — murmuro para sí.

El no sabía que ese peso era malo, realmente muy malo, para su edad y altura debía de pesar entre 58-60. Sin embargo, debido a las palabras de su padre dejó de comer, recordó con tristeza lo que le dijo tan solo el día de ayer. «Sigo siendo obeso, debo de bajar más» se dijo mentalmente. Con lentitud se colocó la blanca camisa, siendo precavido con sus heridas, miro su cuello y empezó a cubrirlo con el corrector, las pequeñas y notorias manchas rojizas desaparecieron, siendo remplazada por la mancha del color que simulaba inútilmente su color de piel. Envolvió las nuevas vendas en sus muslos y muñecas que tenían esos nuevos cortes hechos por él, lo ajustó fuertemente con el deseo de poder sentir dolor, mas no pudo, no sintió nada. Peino como siempre sus cabellos bicolores y ató la corbata. Estaba listo y recién eran las cinco de la mañana, se había tomado su tiempo.

Espero pacientemente a que fueran las seis y media para poder bajar e irse a caminar. Mientras esperaba dibujo otra flor, esta vez era su favorita las Anémonas, bellas flores de gran tamaño, a pesar de ser hermosas tenían un triste significado... "Esperanza declinante y un sentimiento de haber sido abandonado" Sentía más lo último que lo primero, ya no tenía ese rayo de luz que le decía que alguien se daría cuenta de su condición, de qué alguien le ayudaría o... ¡ALTO! No podía seguir así, no podía seguir torturarse mentalmente... Ya no podía, pero no lograba evitarlo, después de todo la persona que había apretado los botones correctos para que hiciera eso... Era su "padre" y no pararía de apretarlos.

Una vez que su reloj marcó la hora indicada, salió de los dormitorios en silencio, la mañana estaba un tanto fresca, mas nuevamente el no se daría cuenta ¿qué tan mal se encontraba el pobre niño heterocromático? 

...

Las clases terminaron después de un largo rato, según él, era como su nueva tortura, ya que cada minuto... Cada segundo menos significaba que faltaba muy poco para ir a ese lugar de pesadilla. 

Por más que se hubiera apurado, había llegado cinco minutos tarde, eso significaba un castigo. Entró con temor a la casa, era sorprendente de que en ese lugar no oliera a alcohol o sangre. Con cautela se dirigió a el cuarto de entrenamiento, pero una botella de vidrio impacto contra su cabeza, la gran mano envuelta en llamas lo agarró del cuello y el maldito rostro de su agresor se deformo de ira. 

Colapso... [TODODEKU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora