II

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—Qué miedo.

Aún mi cuerpo sigue temblando de fobia, siento que hay alguien que me persigue cuando estoy despierta.

Frecuentemente tengo este tipo de pesadillas; por esta razón detesto las noches, es como volver a los peores momentos de mi pasado...aún recuerdo como si fuera ayer; Salí corriendo del colegio, sentía que la vida se me iba, mis respiraciones cambiaron por unas más rápidas, la angustia me perseguía y mi estómago giraba haciéndome tener náuseas.

Llegué a un lugar donde el silencio; era el dueño, donde un susurro; era un grito y dónde la melancolía se curaba con un medicamento. Había mucha gente sentada en los pasillos y podía ver la nostalgia impregnada en el rostro de algunas personas.

Seguí caminando.

Vi a mí hermana abrazaba de mí padre mientras lloraba en silencio.

Pacientes críticos, en esa área estaba mi madre. "203 A" ese era el número de cama en el que la vi postrada y conectada a un monitor. Tenía la piel un poco azulada y pálida; cuando abrió sus ojos muy tranquila sostuve su mano entre las mías, sentí su corazón latir tan lento, así como si quisiera dejar de latir. Me miró a los ojos y nunca pensé que sería el último "te amo" que me diría.


El monitor que marcaba sus signos vitales empezó a sonar, fue tan infinito que empecé a quedarme sin aliento; así como si estuviera por desmayarme. El tiempo se congeló por un momento, le estaba dando una asistolia.

—Doctor, doctor. —Grité muy desesperada e instantáneamente me obligaron a salir del lugar.

Fue el peor golpe que me pudo dar la vida; mis lágrimas caían por mis mejillas, como cae el agua de una cascada al precipicio. Cerraba mis ojos, arrugaba la frente y con mis manos cubría mi rostro; fue duro ver morir a la persona que más amaba en el mundo.

Me destrozaba en miles de  pedazos, me golpeaba para ver si estoy durmiendo, no podía despertar. Soñar despierto es la peor pesadilla que puede existir hasta adaptarnos a los cambios.

Ariana(mi hermana), se arrimó al cadáver de mi madre cuando lo trasladaban del hospital a casa; no se quería soltar, lloraba tanto que lo pudieron escuchar en toda la cuidad.

Hace un año exactamente que no despierto de esta horrenda pesadilla. Los recuerdos parecen monstruos que me obligan a elegir entre la vida y la muerte.

La Magia de Haberme Encontrado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora