Poco a poco siento como luz llega a mis ojos, el sentimiento fue semejante a estar dormido y mamá entra al cuarto y abre mi cortina, esa horrible sensación de dejar de homgazanear para empezar a hacer algo productivo con mi vida. Completamente parecido a lo que siento en estos momentos. Abro poco a poco mis ojos y decido tratar de levantarme...¿Dónde estoy?
Trato de ponerme de pie hasta que lo logro con algo de esfuerzo ya que mis piernas y brazos parecen estar adormesidos, como si no los moviera por mucho tiempo.
Empiezo a frotar mis ojos, la luz en verdad me está molestando, hasta llego a sentir (de una manera algo exagerada) que pude haber quedado ciego.
Al poco tiempo me doy cuenta que a mis oído solo llega un pitido demasiado agudo, como si hibera quedado noqueado.
Después de unos minutos tratando de recobrar mis sentidos, caigo en cuenta del lugar donde estoy, cuatro paredes a mi alrededor de color blanco, demasiado puro contrastado con un manchas color rojo, en este momento no logro descifrar de que trata así que no le doy la importancia que merece, todavía no estoy completamente en mis sentidos, en fin, no recuerdo haber estado alguna vez en este lugar.
Trato de caminar hacia adelante pero una vitrina me lo impide.
Maldita sea, de ipso facto mis oídos comienzan a zumbar hasta que por fin logran estabilizarse, no por mucho tiempo hasta que son atacados por un fuerte sonido de mecánicas provenientes de la parte de atrás de donde me encuentro. Tapo mis oidos que están demasiado aturdidos para estabilizarse de nuevo, lo cual no dura mucho ya que reciben otro atacaque despiadado por el llanto de parte de niños detrás mío, después de verlos unos minutos más me doy cuenta de algo curioso: marcas de números en cada antebrazo, lo reviso y también la tengo.
Yo, no como todos los demás niños me quedé en silencio, llevando mi atención a un chicoen una de las esquinas de la vitrina, sentado agarrando sus rodillas con sus brazos blancos y delgados con el número trece en uno de ellos, con su cabello de un color castaño tapando sus ojos, la curiosidad es demasiada por lo que mis pasos inconscientemente se dirigen hacia el.
- Hola
El chico levanta su cabeza mostrando su rostro palido con ojos grises y rasgos finos, es bonito.
-... -
No recibo respuesta pero de igual manera me siento a un lado de el.
- Mi nombre es... ¿nombre? ... -
Mi mente busca de forma desesperada algo como un nombre ente los pocos recuerdos que almacena para al final darse cuenta.
He olvidado mi nombre.
¿Qué está pasando? Mi cabeza duele, empiezo a entrar en pánico pero al poco tiempo la mano del chico toca mi hombro acariciando un poco, logrando tranquilizarme.
- Tranquilo, le pasa a todos lo que estamos aquí, no te pongas así, al final no necesitamos algo como eso...
-¿P-porque lo dices?
-Mira
Ella, com parsimonia señala con su dedo índice la máquina de la que llegó el sonido minutos antes, levanto la mirada y la escena grotesca llega a mis ojos.
Esta máquina tritura niños que son empujados cada cierto tiempo, cuando me percato que estamos siendo llevados a ese lugar.
El pánico invade mis sentidos, incapaces de generar alguna reacción en el momento, siento lágrimas en mis ojos al momento de entender la situación en la que me encuentro, sin control alguno, comienzo a gritar desesperadamente, todo es demasiado, los sonidos me aturden, estoy a punto de caer inconsiste cuando de nuevo siento el hábil toque de su mano sobre la mía, llenandome de tranquilidad.
Con ayuda de mi respiración trato de calmarme ya que se que no puedo hacer nada en este momento, con la voz tambalente me dirijo a él nuevamente.
-¿T-tu lo re-recuer-das?
-¿A que te refieres?
- tu no-nombre -
- Más o menos, solo recuerdo mi nombre, no mi apellido ni como llegué aquí -
La conversación fuera "normal" entre infinitas comillas si no fuera por el entorno que nos rodea que de alguna manera pasa a segundo plano.
-¿Y cuál es tu nombre? -
- Beomgyu ... -
Su nombre es bonito, pero de repente entramos en un silencio algo incomodo.
-Ven, mira conmigo -
Interrumpió el silencio para mostrarme a un grupo de niños es empujado hacia el fondo de la máquina de la cual escurre sangre a montones, es el turno de ellos.
Poco a poco son empujados hasta que la sangre de uno de los que ya fueron triturados por ese rodillo es salpicada hacia nosotros.-Ves? No podemos hacer nada al respecto... -
Dice el chico que ahora que me fijo bien su apariencia es parecida a la mía, supongo que tiene más o menos mi edad, 13 años. Lo se por la marca de su brazo que mencione antes que tiene el mismo número que el mío que parece coincidir con la edad, lo observe de los otros niños.
-¿Pero porqué todavía no te an recogido?
-Me pregunto lo mismo, desde que desperté no me tomaron atención y decidí quedarme en esta esquina -
Él vuelve a recoger sus piernas colocándose en la posición en la cual le encontré hace unos momentos, decido volver a preguntar.
- ¿Pero no podremos hacer algo envés de ver como se llevan a todos ? -
-No podemos hacer nada-
-¿Ya intentaste hacer algo? -
-No... -
-Entonces no seas negativo, siempre hay una salida -
-De dónde vas a sacar una salida en estas sircunsta-
Sus palabras fueron interrumpidas por la puerta del cuarto abriéndose poco a poco revelando a si a una persona alta, con lentes que llevaba una bata de laboratorio, como con las que hacía experimentos con mis compañeros de clase... ¿Compañeros? Agh! No es momento de pensar en eso!! También lo acompañaba una chica por detrás, no daré muchos detalles ya que no les veo tan claramente.
Poco a poco se acerca hacia la vitrina para presionar uno de los botones que se encontraban en la parte de afuera para abrir la puerta, tal parece que hay un problema con el mecanismo complejo de la máquina, lo cual podemos aprovechar .
- Ves? Siempre hay una salida-
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¿Qué está pasando? ~Yeongyu~
HorrorPero que hago aquí? Se pregunta nuestro protagonista al despertar sin saber en donde se encuentra... El lugar es blanco pero por alguna razón no puede atravesarlo porque se encuentra atrapado en una vitrina con más personas por detrás...¿Qué está pa...