Mi garganta está seca, desde que llegué aquí no he comido ni bebido nada, solo unas gotas que se deslizan hasta mi boca cuando ella me tiró el agua encima.
Me acuesto y me hago un ovillo, como solía hacer esas noches lluviosas y fría. Es difícil de dormir en un lugar como este pero no puedo hacer nada así que, no sé cuánto tiempo pasó pero al final solo me dormí.
(...)
Cuando despierto me encuentro como me dormi, solo que ahora tengo una sábana sobre mi y una almohada bajo mi cabeza. No me sorprende, solo quiere que caiga.
Miro a mi alrededor para ver que otra cosa hay y lo encuentro a él sentado con sus piernas abiertas y sus brazos cruzados.
La pose de alguien que no tiene otra cosa que hacer.
— Buenos días, ¿cómo amaneciste? ––pregunta con emoción.
Estoy desconcertada, no entiendo, lo miro tratando de saber ¿qué pasa? Un día me maltrata y el otro me da los buenos días.
— ¿Quién eres tú? ¿Porque estoy aquí? —me pongo de pie, siento dolor en algunas partes del cuerpo, como si huviera realizado un par de ejercicios el día anterior por primera.
–– Ayer no te portaste bien, así que tu castigo es no saber nada. Pero hazme cambiar de opinión ––se pone de pie y se acerca a mi, cada uno de sus pasos es lento, como un maldito depredador.
"No te alteres, Cassandra, no le des ese placer"
–– ¿Y cómo haré que cambies de opinión? ¿Abriéndote mis piernas? ¿Qué es lo que quieres de mi? ––no puedo, siento que voy a explotar y por más que intento controlarme con él es imposible. Es increíble como puede hacerme perder mi calma con solo abrir la boca ––, no te debo nada, no te conozco. ¡¿qué diablos quieres de mi?!––le grito, empujándolo lejos de mi, golpeando su pecho y perdiendo los estribos.
Sujeta mis manos con fuerza pero sigo luchando por salir de su agarre, le sigo gritando aunque no valdrá de nada porque esto es lo que quiere. Quiere que yo me doblegue ante él, quiere que le ruegue y ahora me siento humillada.
Lo está consiguiendo y lo está disfrutando.
–– Tú asesinaste a mi familia, ¿porque? ––dejo de luchar, pero aún así, él sigue sosteniendo mi mano solo que ahora no la está apretando así que las alejo.
No dice nada y retrocede un par de pasos como si hubiera dicho algo equivocado. Entonces que me diga si lo estoy.
–– Lamento tu pérdida ––dice, luego abre la puerta y la cierra tras irse.
¿Qué se supone que debe de significar? ¿Qué lamenta haberlo hecho? Lo único que va a lamentar es haber nacido.
A los pocos minutos entran dos hombres, no me había dado cuenta de que he permanecido en el mismo puesto que hace rato.
No hago nada cuando me agarran por los brazos y me hacen caminar, no tengo más opción que ir adonde sea. Pero cuando encuentre la mínima oportunidad de irme de aquí lo haré.
–– No intentes hacer algo tonto ––dice uno, mostrándome su arma mientras caminamos.
Luego, solo me cubren los ojos y después seguimos caminando. Subimos escaleras, bajamos escaleras, caminamos en zigzag y después abrieron una puerta, caminamos doblando esquina y subimos una escalera larga. Casi caigo por las escaleras pero ahí estaban estos dos.
–– Ten más cuidado ––dice uno de ellos.
–– Lo tendría si me quitarán esto de los ojos ––para mi sorpresa, cuando terminamos la escalera me la quitó, al principio vi puntos blancos y luego vi mejor.
Abre una puerta y me entra sin mas, es la habitación de alguien rico. Está equipada con todo, y miento si digo que no es hermosa.
Sobre la cama hay una nota y una rosa roja y sé que es de Dante, ¿quién más dejaría? En fin, la sostengo y la leo.
"Lamento lo de tu familia"
》D.Yo no necesito su lamento, ni siquiera quiero que mencione a mi familia. Estrujo la nota, la rompo en los pedazos que puedo y después de tirarla al piso la aplasto con mis pies. Veo la rosa roja, y la sostengo, tiene un rico olor pero ¿y qué?
Le hago lo mismo que hice con la nota, solo que esta me clava una espina y hace que sangre. Bien, quizás no debí pero ¿ya que? Lo haría otra vez.
Me acerco a la ventana y lo veo, hablando por celular y después de colgar me mira, con la misma mirada diabólica y lo comprendí.
Para derrotar a los demonios, tienes que pensar como ellos.
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En El Olvido ©
Historia CortaCassandra Jenkins sintió que su vida se derrumbaría luego de haber perdido a sus padres y a su hermana pequeña en un incendio. Sentía que ya nada tendría sentido sin ellos y no tenía ganas de vivir. Pero luego llegó él para evitar que se derrumbase...