One shot [ FLAMANTHA ]

one shot [discoteca]

Se describe sexo sin protección pero a pesar de eso vosotros/as siempre con protección, sexo seguro.

No voy a poner +18 porque no sirve de nada, quien quiera leerlo que lo lea pero bajo su responsabilidad. Quiero comentar que si alguien no se siente a gusto con escenas de sexo que no lo lea, por favor no quiero malos comentarios o traumas.

Estar en una discoteca abarrotada de gente empezaba a dar más problemas que ventajas, el calor en la multitudinaria sala iba subiendo conforme ascendía el ritmo de la música que sonaba a todo volumen por los altavoces. Las luces de colores ultravioletas la verdad es que tampoco ayudaban a relajar el ambiente. Las personas lo daban todo en la pista de baile y la discoteca era todo color debido a las pinturas fluorescentes que poseían todos los presentes. Era la primera fiesta con luces ultravioletas a la que asistía y me estaba pareciendo lo más.

Todo mi campus universitario se encontraba en esta discoteca del centro de Barcelona; a ver igual exagero un poco, pero al menos esa era mi impresión. Mis amigos me habían convencido para salir a celebrar el principio de nuestro último año de carrera ya que alegaban que solo se estaba una vez en la universidad y había que aprovechar cada oportunidad para vivir la experiencia a tope.

-Voy a por un cubata, ¿Queréis algo?- Gritó Carmen para que la pudiésemos oír.

-Yo un puerto de indias.- Contestó Pablo, mi mejor amigo, mientras seguía bailando o más bien rozándose con su novio.

-Un ron cola.- Pidió Saúl, el novio de Pablo.

-Yo un margarita y ¿Tú?.- Le preguntó Marta al chico con el que estaba bailando. - Y él un mojito, gracias.- Alargó la última a y siguió hablando con aquel chico pelirrojo que no había visto en mi vida.

-Te acompaño Bibi y así te ayudo.- Le sonreí a mi amiga y ambas agarradas de la mano para no perdernos nos acercamos a la barra. Bibi era un mote cariñoso que le habíamos puesto a Carmen ya que siempre estaba contando historias de cuando era pequeña.

Tras poder hacer hueco para llegar a la barra pedimos las bebidas y nos quedamos esperando hasta que las sirviesen.

-Hoy no voy a aguantar mucho, estoy súper cansada porque ayer estuve todo el día de mudanza por lo de mi padre. Ya sabes, mi hermana siempre se escaquea de todo y luego soy yo quien paga el pato.- Le dije mientras intentaba apoyarme en la barra para estar más cómoda.

-No pasa nada, te acompaño cuando quieras irte al piso.- Contestó Carmen mientras iba cogiendo las bebidas para llevarlas a los demás. Le ayudé y fuimos a donde estaban todos bailando, les entregamos las bebidas y cuando por fin iba a beber un sorbo de mi mojito alguien me empujó por detrás y se derramó todo el líquido al suelo.

Refunfuñé pero con la música tan alta ninguno de los que estaban a mi alrededor se dieron cuenta. Suspiré para intentar tranquilizarme porque ya me fastidiaba haber tirado al suelo casi 10 y encima tenía la boca seca. Miré a Marta que por fin había salido de las manos de aquel desconocido y le hice la señal de que quería ir a fumar afuera. Una vez afuera Marta sacó el paquete de liar y con destreza me lió un piti, rápidamente lo encendí y le dí una calada.

-Algún subnormal me ha tirado el cubata y, joder, tenía mucha sed.- Me quejé tras mi cuarta calada.

-Sam, ahora entramos y te invito a algo. Por cierto, quizás me voy con mi hermano este finde a ver a mis padres y no se si podré estar para el cumple de Pablo.- Comentó con desgana mientras expulsaba el humo por la boca.

-Si no ya lo celebraremos otra vez contigo cuando vuelvas pero, eso sí, el dinero lo pones antes que ya nos conocemos.- Le dediqué una sonrisa.

Mientras veía a la gente entrar en la discoteca solo podía pensar en que ojalá el destino me hiciese coincidir otra vez con aquel chico de cuarto año de medicina, que inmediatamente se había convertido en mi crush. Le vi por primera vez el año pasado cuando iba caminando por mitad del campus y crucé una mirada con él, éste estaba sentado contra un árbol y dibujaba en un cuaderno visualmente desgastado. Me cautivó al instante ya que parecía tan tímido y misterioso. Pero sobre todo recalcar su guapura, era algo hipnotizante: sus ojos oscuros y penetrantes, su barba de un par de días le daba un toque más maduro y su pelo negro echado hacia un lado favorecía a sus facciones tan marcadas. Necesitaba conocerle y por ello estuve investigando con ayuda de mis amigos para ver si le conocían, pero tan solo pude averiguar que estudiaba medicina, al igual que la mayoría de mi grupo de amigos, y que estaba en tercer año. Estuve meses hablando de aquel chico, pero solo lo volví a ver otra vez y en esta ocasión pude escuchar su voz.