Vemos a los vecinos pagando con dificultades el recibo de la luz, cada uno muestra su personalidad: Generosa paga con resignación, Paca protesta, insulta y paga; Asunción se disculpa y don Manuel, avisado por su hija Elvira, que ama a Fernando, le paga la factura. Pide a su padre que saque a Fernando de la papelería y que lo emplee en su agencia. Fernando, gandul y ambicioso, apenas acude al trabajo; él y su madre creen que el mundo de la papelería se le queda pequeño, aspira a ser delineante e ingeniero, lee, escribe poemas.
Fernando y Carmina están enamorados, Urbano quiere a Carmina.
Fernando y Urbano, aunque son amigos, tienen fuertes enfrentamientos ideológicos. Urbano cree en la unidad del sindicalismo, la mejora de sus condiciones de vida depende de la ayuda mutua, la solidaridad. Cree que su vecino es un soñador, incapaz de un gran esfuerzo individual, trabajar en faenas complementarias, trabajar hasta la madrugada… para enriquecer.
Fernando quiere subir solo, sin ayuda de nadie. Se retan para ver en diez años quién consiguió sacar adelante sus ilusiones.
Pepe ronda a Rosa que lo quiere. Urbano discute con su hermana y la madre llega a pegarle por ello. Doña Paca y Doña Generosa se conduelen de la mala suerte que tienen con sus hijos Rosa y Pepe
Este acto termina con la declaración de amor de Carmina y Fernando, quien promete a su novia trabajar, estudiar, ganar mucho dinero y casarse con ella. Se derrama el contenido de la lechera que ella subía a casa, como signo de malos augurios.