HASTA EL ÚLTIMO SUSPIRO

•CAPITULO 9•

>Ramiro<

Pasaron largos minutos hasta que ambos nos tranquilizamos, yo en todo momento lo abracé hasta que dejará de llorar.

—No quiero verme como un estúpido motivacional, pero no podemos hacer nada —Limpié mis lágrimas arrastrándolas por toda mi cara—. Tuvimos la maldita suerte de tener cáncer y solo queda combatirlo.

—No sé si tienes razón...

—Ni siquiera yo lo sé y perdón por no ser la mejor persona para dar ánimos, no sé qué decir.

—Gracias de nuevo —Se acurrucó de alguna manera en mis brazos, era más pequeño que yo, por lo que encajábamos muy bien —. Con que estés aquí, creo que basta.

—¿Ya estás mejor? —Quité los rizos de su vista, tenía los ojos más obscuros por estar llorando tanto, y definitivamente odiaba eso.

—Sí —Besó mi mejilla haciéndome sentir cosas muy extrañas en el estómago—. Necesitaba a alguien que me entendiera.

—¿Ya podemos salir del baño? —Quería alejarnos del lugar, estar en el baño me incomodaba mucho; quizá sea por los posibles gérmenes o recuerdos, pero era horrible estar así.

—Sí —Su pequeña risa me hizo sentir mejor, quería pensar que lo ayudé, aunque sea un poco—. Es raro.

Me levanté yo primero y lo ayudé a levantar con mucho cuidado, a penas se movió, se quejó y toco su cuello mientras hacía una ligera mueca de dolor.

—¿Sigue doliendo?

—Horrible —Salimos del baño limpiando nuestras mejillas húmedas, él jalaba su playera para hacerlo y yo solo las esparcía—. No sé que carajos paso ahora, siempre duele, pero esta vez fue casi insoportable, si no llore es porque me sentía más preocupado que nada.

—Nunca me han hecho una biopsia de tiroides, pero las que me han hecho a mí también duelen —Me acerqué a lo que Evan lanzo contra la pared y lo levante del piso.

—No me gustan ese tipo de cosas, a veces es la costumbre lo que nos lleva a tolerarlo

—¿Qué es lo que aventaste? —Eran papeles y una pequeña caja del suelo— casi me matas.

—Una completa basura.

—¿Pero qué contiene? —Tome está entre mis manos mientras me acercaba a él—, no me vayas a decir que nada.

—Ábrelo, de todos modos te vas a enterar —Era otro medicamento—. Más inyecciones, me dieron los frascos para familiarizarme con ellos si fuese necesario aplicármelos yo solo.

—¿Cada cuanto?

—Por suerte una a la semana —Definitivamente no era grato—. Siento que este día fue horrible.

—Todavía podemos hacer un par de cosas para hacerlo mejor, podemos tomar fotos aquí, pero esta vez yo quiero tomarte fotos a ti.

—No lo sé.

—Quiero que seas mi modelo y presumirte ante todos esos fotógrafos, presumir qué no tienen un Evan.

—Tranquilo, me haces sentir como la persona o la cosa más bella del mundo.

—Es lo que quiero que sientas, y eres muy buen modelo, es un placer tomarte fotos.

—Pero tengo esto en el cuello —Tocó los curitas de su procedimiento y después las cánulas de su nariz.

—¿Y?, con todo te ves bien.

El sol comenzaba a ocultarse y la luz era potente, sería perfecto para un par de fotos.