Venus ante mis ojos

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Y así amaneció.

Era un día especial, el día lucía radiante como las aguas de su amado océano, el viento soplaba tan fuerte que el bote avanzaba toda velocidad, su alma sentía explosiones dentro, sus manos como si tuvieran vida propia se alzaron al cielo y dando un estirón dio un suspiro hacia el que con buen semblante le miraba, mientras el océano mecía suavemente su navío que iba hacia el horizonte, más al fondo del alma del viento, más cerca del sol.

Era tan especial ese día que deliberadamente corrió entusiasta y raudo hacia la cabina donde estaba ese cuaderno, tan especial, donde escribía sus memorias que vivía con su verde azulado cómplice y amado, tomó una pluma abrió el cuaderno, miró por la ventana las nubes lejanas y el cielo celeste, tomo un respiro y comenzó...:

Día 31

Con cariño para ti...

Querida musa, tu mi océano, déjame contarte como el viento me trajo a tus aguas, como es que aquel día en que ví bajo la luz de un sol dorado tu entusiasta oleaje, mi espíritu estalló en fuego por dentro prendiendo el incienso de la felicidad que, aquel día, no se desvaneció, ni ese día ni el próximo, y tampoco el que vino ni el que viene, haciendo que una sonrisa se dibuje en mi rostro y una inquietud en mis piernas, que con ímpetu grandioso, me llevaron hasta ti.

Una señal desde lo más lejano y de una desconocida mano, empezó a dibujar en mi papel partes de un mapa, claves, señales, sueños...todo aquello que a tus aguas esté inmerso, puede que esto parezca sacado de una fábula, pero cada una de los acontecimientos ocurridos antes de que me embarque en este viaje, tenían una curiosa relación, que dicen que cuando estas bajo esas brillantes luciérnagas en el cielo de ébano, puedes observar y si eres diestro descifrar sus secretos, por ello ahora me atrevería a decir que un hilo invisible me tiene conectado a ti, y que hasta mi corazón, ha sido forjado con aguas saladas de una vida lejana, una vida en la que tus aguas pueden haber llevado a esta humilde alma a los confines de la tierra, hacia el alma de la luna y el brillo de las estrellas.

En este viaje, mi bien, ingresé en los dominios de Hipnos, una tierra donde la realidad se altera, donde una vez podía verte mas no tocarte y sentir el sonido de tus mareas, pero te vi otras veces, esas veces que podía vernos felices bajo un cielo celeste y un astro rey brillante. Hipnos me ha regalado mucho de ti, mi azul enamorado, más aun cuando no estás conmigo tanto puedo aliviar mis deseos de verte tan sólo cerrando mis ojos y pensado en ti.

Azul de espíritu, profundo de corazón, como puedo describir que este viaje cada vez me enamora el alma...recordar que recorrimos las ciudades de los hombres volando sin despegar la mirada del corazón del otro, como gaviotas volando hacia el sol, como tórtolos bajo la luna. Recuerdo también la forma en la que tus aguas, entre salpicones, se escabullían entre mis brazos y mis ojos una noche de aquellas cuando un poco de tus emocionadas aguas llegaron a los míos labios en un tímido ósculo. Amado cómplice, como olvidar las copas y los brindis en cubierta, los susurros de esos bailes sin música y los mordiscos de tus aguas sobre mis labios, nuestras fieras naturales combinándose como viento y perfume, las tormentas del cielo y la furia de tus aguas, mis plegarias y tu dispensa, los desvelos entre diálogos de tus ecos y los míos, los destellos en aguas de tu risa ante la vivacidad de Apolo, tu intima conexión con Selene, tus impactos con la roca de las islas Ostium que ,con las disculpas del caso, un descontrol en mi instinto llevo a tus aguas a ciertos percances, y como olvidar aquella forma de llevar el bote cruzando miradas tú con el este y yo con el oeste, por la ciudad de los hombres y cerca del palacio de los dioses.

Mar de mis ojos, inspiración de mi sentir, con tus luces y sombras tan propias de ti, te quiero, porque eres único y especial, porque admiro tu fuerza y tu convicción, porque he visto tus suaves corrientes bajo tu fuerte marea y como éstas sujetan mis manos y dejas que las lleve hacia los palacios de Eros, porque has sabido perdonar mis ofensas y sobrellevar mis dramas, y porque has llevado a este mortal a un viaje tan hermoso en el cual él desea permanecer, entender y sentir tu corazón, si es que en tu inmensidad se lo permitieses, hasta que tus aguas vean sus barbas blancas y cabellos plateados, sus ojos llenos de tus aguas y sus labios llenos de tus historias, sus oídos llenos de tus susurros y sus manos llenos de la sal de tu cuerpo, que en el fin del mundo, llevará guardado dentro de su corazón hasta llegar a la eternidad de las almas.

Mon étoile de l'aube.

Capitán Armstrong F.

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⏰ Última actualización: Jun 15, 2020 ⏰

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AL CORAZÓN DEL OCÉANO - CartaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora