ENTRE SERPIENTES

-FRENTE A FRENTE-

-Granger...

Terror, si terror es lo que sentía nuestra chica del trío de oro, no por los chicos altos e intimidantes que tenía delante, no porque la pudiesen matar o torturar, no porque fuesen a insultarla como siempre, no no era por eso, podría haberlo tenido por esas razones que sería lo más normal, pero lo tenía porque otra vez, no tenía ni maldita idea de que hacer, porque no sabía que decir o como actuar. Y sin darse cuenta se había quedado estática delante de ese grupo de gente, con personas como los aurores que no sabían ni entendían lo que pasaba, y el grupo de los ex-mortífagos que se habían quedado igual que Hermione, sin saber bien que decir, no por miedo como le pasaba a la castaña, si no porque en ese momento podrían ver si la chica a la que habían insultado o menospreciado por su sangre durante años y que ahora tenía la oportunidad la usaría para hacerles pagar con su propia medicina, como hacía el resto de la gente que se habían cruzado y si lo habían hecho y era gente que se paraba y dejaba de hacer lo que estuviesen haciendo solo para mirarles mal o insultarles. No tenían idea de que pensar y además lo peor es que se estaban agobiando más porque la mujer no decía nada, ya que en ese tiempo se había dado cuenta de que no solo tenía miedo de lo que tenía que decir o hacer si no porque en el momento que escucho su apellido no se había dado cuenta, pero al pararse a pensar si lo había notado, había echado de menos que el maldito hurón dijese su apellido, bueno no era más bien añoranza si no que hacía mucho que no lo oía y no sabía si se había acostumbrado demasiado o a que necesitaba volver a oírlo porque ya era rutina, y eso la daba miedo, el hecho de necesitar o simplemente disfrutar que alguien a quien no veías en un tiempo simplemente dijese tu maldito apellido y más teniendo en cuenta que el escuchar tu apellido por su parte en los pasillos del colegio solo era un anticipo a los insultos que ibas a oír.

Después de un par de minutos más en los que nadie dijo nada, Hermione se dió cuenta de que era una chorrada estar parada ahí y más cuando tenías que entrar a la sala porque estarían esperándote, pero como seguía sin saber que decirles, actuó de la forma más sensata que pensó, huyendo, si Hermione Jean Granger iba a huir por no saber que hacer.

Hermione caminó con paso seguro pero lento hasta ellos, se paro un momento para poder saludarlos- Malfoy, Nott, Zabini, buenas tardes- Y giró para esquivarlos y seguir su camino hacia lo a puerta que tenía que atravesar. Cinco pasos, cuatro pasos, tres pasos, para llegar hasta la puerta y lo iba a conseguir pero como siempre, el mundo actuó en su contra.

-Buenas tardes Granger, ¿vienes a ver y disfrutar como nos encierran en Azkaban, donde seguramente siempre pensaste que estaríamos destinados a pasar el resto de nuestra vida?

Si habéis apostado a que Hermione se ha cabreado, habéis acertado, y no porque las palabras fuesen bordes o porque lo hubiesen hecho fallar en su plan de huida, si no porque hablasen por ella, y más porque ella llevaba toda la semana planeando e ideando planes o estrategias para que esas serpientes en las que ese momento pensó que serían unos bolsos geniales no acabasen en prisión. Así que como toda buena Gryffindor se giró para plantarles cara.

-Malfoy, será mejor que cierres la boca, porque créeme no tienes idea alguna de lo que estás diciendo.

-¿A no? ¿No lo se? Pues yo creo que sí, seguramente el que te insultásemos en el colegio te sentó bastante mal.

-Malfoy mejor déjalo- dijo Nott que al parecer no quería iniciar una pelea y menos cuando iban a ser juzgados por sus delitos en tan solo unos minutos.

-Para que narices lo voy a dejar si sabéis que tengo razón, la ratita de biblioteca ha venido a cobrase su venganza.

-Draco para- ordenó Zabini intentando hacer parar a su amigo.