Capítulo 36.

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Maraton 2/3

Diamantes oscuros.

Capítulo 36.

-Prepara un baño caliente, por favor- chasquea, mientras entramos en la enorme casa. Romina me mira impactada y corre a hacer lo indicado.

-¡Santo Dios!- Agatha baja las escaleras con todo el porte inglés que Dios permite- ¡¿Qué ha ocurrido?!

-Trabajo equivocado- sonrío a medias.

-Te hablaré de ello más tarde- indica Liam-. ¿Puedes pedir que preparen la cena?

-Absolutamente- asiente rápidamente-. Luna, estás en tu casa, si necesitas algo, sólo dilo.

-Gracias, muchas gracias- le sonrío y siento cómo Liam comienza a caminar conmigo en las interminables escaleras.

-Faltan unas pocas- espeta y jala mi mano hacia las escaleras que llevan a su habitación.

Estoy asombrada de que me haya traido aquí. Realmente asombrada. Pone la tarjeta, dejando que el cuarto impacablemente pulcro esté a nuestra vista. Camina conmigo hacia el baño y yo estoy por darle las gracias, cuando empuja levemente la puerta, metiéndose conmigo y cerrando a su paso.

Estoy parada como una adolescente que no sabe qué hacer y él camina hacia la enorme tina dorada, metiendo la mano suavemente para comprobar la temperatura.

-Está lista- se gira para sonreírme. Yo sigo de pie, sin ninguna orden de mi cuerpo para moverme-. ¿Luna?- se rie y mis mejillas arden- Dios, sólo ven- camina hacia mí y quita el bonito saco de mis hombros. Dejándome en la licra rosada, que sinceramente, transparenta lugares que no deberían ser tan visibles.

-Estoy incómoda- me rio, nerviosa de la calma con la que me mira.

-No voy a dañarte, no temas- coge mi mano y me lleva hacia la tina. Comienza a sacar el conjunto y yo estoy respirando con la dificultad de un trailer intentando pasar por una calle pequeña.

-Vale, voy a darme un baño- mi rostro puede ser fácilmente confundido con un tomate.

Estoy desnuda frente a él y él tira la ropa junto a nosotros.-Estás loca- toma mi mano y me ayuda a entrar en la tina, me acuesto con cuidado y me quedo quieta en el agua perfectamente templada. Escucho el cierre de su pantalón bajar y me vuelvo hacia él.

-¿Vas a desnudarte?- pregunto.

-Claro, a la servidumbre le parece de mala educación mandar a lavar mi ropa cuando ya está mojada- asiento y me inmuto.

Mete un pie y yo estoy rezando por no ver su precioso cuerpo en el reflejo del agua. Mi espalda está dando con su pecho y el calor llena mi rostro una vez más cuando siento su miembro hacerse duro en el agua. Trago fuerte.

-Vamos, creo que esto no es buena idea- murmuro muy nerviosa.

-Luna, sólo quiero bañarte, relájate- toma una de las botellas largas y comienza a llenar su mano con el shampoo aromatizado entre vainilla y fresas, y cierro los ojos en cuanto lo siento masajear el cuero cabelludo con paciencia y dedicación.

-Huele increíble- admito, sintiéndome más cómoda ahora.

-Tú hueles increíble- escucho el "clic" de otra botella y pronto mi piel es testigo del jabón líquido. Termina y comienza a remover el shampoo y el jabón con cuidado.

-¿Por qué me corriste?- giro la mirada y sé que estoy triste como la mierda- ¿Es por Annie?- las preguntas más fuera de lugar siempre salen, mucho antes de que yo pueda detenerlas. Liam deja de enjabonarse.

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