"Ustedes dos actúan como padres jóvenes con su primer hijo", dijo Granny después de que Lan Wangji terminó con Wen Yuan durmiendo contra su pecho una vez más. "No querer dejarlo ir o escucharlo llorar".
"Aw, pero abuela, ¿no hacemos una linda pareja con nuestro pequeño?" Wei Ying bromeó, inclinándose a un lado para poner su cabeza sobre el hombro desocupado de Lan Wangji.
La abuela se acercó y pellizcó la mejilla de Wei Ying mientras Lan Wangji intentaba fingir que su corazón no estaba tratando de golpear su pecho por lo cerca que estaba Wei Ying
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Lan Wangji se dió la vuelta para irse con el corazón encogido y aún le quedaba mucho por decir.
Había sido un día tan agradable y decirle adiós ahora le estaba rompiendo el corazón.
Había habido algo tan idílico en la forma en que se habían vuelto a encontrar en las calles de Yiling después de tanto tiempo separados. Era como si el destino los hubiera encaminado el uno al otro una vez más, diciéndoles con tanta claridad como el destino puede tener que estaban destinados a encontrarse, que debían encontrarse de nuevo. Por supuesto, eso no podía durar, incluso si el destino le estaba mostrando la mano, y tenían que separarse una vez más. Wei Ying tenía sus Wens, y Lan Wangji tenía sus propias responsabilidades en Cloud Recesses.
Eso no detuvo a Lan Wangji de desear poder quedarse.
Se preguntó si Wei Wuxian tenía el mismo peso sobre sus hombros al ver a Lan Wangji alejarse cuando Lan Wangji se había ido. Sin embargo, Lan Wangji sabía que Wei Ying tenía un peso diferente, un peso más pesado, uno menos egoísta, un amor menos golpeado. Wei Ying estaba luchando bajo el peso de los Wens que mantenía a salvo. Llevaba sus vidas sobre sus hombros, hombros que comenzaban a verse tan frágiles que era una maravilla que incluso pudiera soportar su propio peso con ellos.
¿Qué peso tenía Lan Wangji sino el amor no correspondido?
Se sentía igual de pesado para él, pero no lo sabía mejor, ¿verdad?
Entonces Lan Wangji se estaba alejando, y Wei Ying lo estaba viendo irse, una historia antigua que ya se había contado tantas veces en sus cortas vidas.
Pero luego, cuando Lan Wangji dio su primer paso lejos de Wei Ying, un grito angustiado resonó a través de los árboles enfermos y torcidos que cubrían la extensión de los túmulos funerarios. Era ruidoso, el tipo de cosa que habría sorprendido a la vida salvaje si hubiera habido algo viviendo en ese lugar desolado.
El primer instinto de Lan Wangji fue alcanzar su espada, pero cuando se volvió hacia Wei Ying buscando la fuente del peligro, no encontró enemigo, solo Wen Yuan se inclinó tanto hacia delante en los brazos de Wei Ying que estuvo a punto de caerse. de ellos por completo. Lan Wangji tardó un momento en darse cuenta de que el niño se estaba acercando a él .
