En lo alto del castillo

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El paraíso divino el sueño de los mortales pensantes que con buenas acciones lograran pisar este reino y así asegurar su dicha y gozo por la eternidad patético....

Exclamo en lo alto de un castillo el arcángel Miguel con una cara de asco mientras observa el mundo de los mortales.

No entiendo por qué el maestro creo a esos seres tan repugnantes e inservibles por diversión? No dudo que malgaste su tiempo observándolos.

Ese no es asunto tuyo Miguel y lo sabes, exclamo una voz desde las espaldas del arcángel. ¿Qué quieres Gabriel? ¿No ves que estoy lamentando la existencia de los mortales?

¿A qué se debe tu odio hacia ellos Miguel?

No es de tu incumbencia además ¿por qué vienes a molestarme de esa manera no debes hacer los preparativos para el festín?

Pues por lo mismo vengo a pedirte un favor y recuerda que no es un festín es el acenso de un nuevo ángel que se unirá a nuestras fuerzas.

Por qué el maestro elegiría a un nuevo ángel ya somos suficientes exclamo Miguel con un tono prepotente y molesto.

¿Se te olvida que estamos a un hilo de la guerra santa y que a lo largo del tiempo las fuerzas demoníacas han almacenado a un sinfín de nuevos aliados con los cuales podrían acabar con nosotros si no somos precavidos?

Miguel solo voltea la mirada para ver a Gabriel.

En fin el favor que te pido es difícil para ti pero debes entender nuestra situación.

¿Qué insinúas? Acaso ¿piensas que el gran Miguel el jefe del ejército celestial no puede hacer labores festivas?

No se trata de la celebración.

Entones no me hagas perder mi tiempo.

Escucha Miguel quiero que entrenes personal mente al nuevo.

Miguel se sorprende y se enoja por la petición que Gabriel le pide y con un tono molesto y agresivo procede a gritarle a Gabriel.

De que hablas Gabriel no puedo desperdiciar mi tiempo con ese idiota es más ni pienso dirigirle la palabra a ese perdedor me da asco de solo pensar en su cara me niego completamente.

No es decisión mía Miguel es del maestro, el pide que seas tú quien lo entrene.

Miguel aún más enojado le sigue levantando el tono a Gabriel.

¿Pero por qué yo específicamente por que no se lo encarga a Raguel?

Gabriel le pone una mano en el hombro a Miguel y le tira una mirada sarcástica

Porque Raguel no es el jefe del ejército celestial genio.

Miguel quita su hombro de la mano de Gabriel con un movimiento brusco dándose la vuelta y alistando sus alas.

Gabriel no seas un idiota y deja de pensar que todo es amor y armonía por qué no lo es abre de una maldita vez esos ojos.

Gabriel solo suspira mientras Miguel parte volando hacia otro lado del castillo.

Maestro no puedo dejar que siga con ese pensamiento por favor iluminarme.

Exclama Gabriel mientras se dirige caminando hacia dentro del castillo. 

A MERCED DE LAS PUERTAS DEL CIELODonde viven las historias. Descúbrelo ahora