Ha pasado un mes desde la última vez que vi a mi madre a punto de quitarse la vida y aún me cuesta trabajo asimilar la situación, el especialista nos recomendó a una persona que podría ayudarla más profesionalmente porque su situación era más grave a lo que él trataba con sus pacientes nos dijo que era mejor que mi madre fuera a la ciudad por un tiempo así fue que tomamos la decisión de llamar a mi tía y contarle la situación ella estaba dispuesta a que mi madre se quedara en su casa por un tiempo en lo que poco a poco su situación actual mejoraba.
En ese momento sentí mucha tristeza porque no vería a mi madre por mucho tiempo hasta que ella mejorará pero sabía que era la mejor decisión para que se sintiera mejor y yo estaba dispuesta a llamarla todos los días y aunque no estuviera cerca que ella sintiera que en verdad me importaba.
Llevamos a mi madre a un punto medio de la ciudad para que se encontrara con mi tía, ya que la ciudad quedaba aproximadamente a tres horas del pueblo. Llegamos al lugar destinado mi tía nos saludo a todos con un fuerte abrazo, es una mujer muy hermosa pero no tanto como mi madre pensé ambas tenían tez blanca, cabello rubio y ojos claros tuvimos que despedirnos pronto y mi tía dio marcha a la ciudad, observe que mi madre no estaba muy convencida y eso me inquietaba un poco al llegar a la casa ya no era lo mismo, pero todos hicimos un intento por encontrarnos bien y mi padre como siempre lo hacía trato de darnos ánimos cocinando para todos ya que era experto en eso y aunque tampoco se veía del todo bien todos apreciamos el gran esfuerzo que hacía y todos juntos lo ayudamos a preparar los más exquisitos platillos mientras escuchabamos las canciónes de papá y la preocupación se iba desvaneciendo.
ESTÁS LEYENDO
Dulce vida.
Teen FictionHistoria de una chica que a pesar de los momentos amargos de la vida siempre sale adelante, pero ¿conocerá a alguien que convertirá sus días más alegres?...