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Al día siguiente.

Consigo sentarme en la cama con ayuda de mamá y una enfermera. Me siento mucho mejor pero aún me duele la cabeza. Jess entra por la puerta junto con un ramo de rosas y se me iluminan los ojos. Estoy segura de que ella se encargó de que llegara al hospital viva. Se acerca a mi a paso acelerado y me abraza con cuidado.

—¿Como te sientes?— Pregunta.

Le sonrío.

—Bien... y gracias por salvarme la vida.

Mamá toma las rosas y busca un jarrón donde ponerlas en agua. Jess solo me sonríe y mira hacia el suelo. De mi hermana no sé nada desde que desperté.

—¿Ya te quitaron los puntos de tu cabeza?— Pregunta mientras me agarra una mano.

—No aún no. Al parecer necesita mucho más tiempo. Voy a pedir que me vuelvan a poner en coma para entonces.

Jess se ríe y mamá me lanza una mirada de advertencia. Ambas se sientan a mi lado y conversamos. Yo no le pregunto nada pero mamá me cuenta de todas maneras que Laura tuvo que volver a trabajar pero que está preocupada por mi y que vendrá pronto a ver cómo estoy.

—Por mi puedes decirle que se quede en la capital. —Las palabras salen de mi antes de que pueda detenerlas.

Mamá se enoja al instante.

—Deberías ser más considerada con tu hermana. Ella te trajo al hospital y ni siquiera le agradeciste. — Me suelta como si se lo hubiera estado guardando.

— Jessica también me trajo.

—¿Y por eso quiere decir que no le tengas que dar las gracias?

Me quedo en silencio. Observo que Jess aparta la mirada y luce incomoda. No se por que pero desde que desperté le tengo más rechazo a Laura. Siento que la quiero lejos hoy más que nunca y por más que lo intente no puedo recordar como mierda me caí o si me desmayé... es todo muy confuso.

—Voy por un café...- Anuncia mamá con voz suave. — ¿Quieres un café Jess?

Mi prima asiente.

—Si, gracias tía.

Sale de la habitación y nos quedamos solas. Mi prima sigue sin mirarme y sabe que voy a aprovechar para hacerle preguntas.

—Jessica.

Levanta la mirada despacio y se queda en silencio.

—¿Tu sabes que es lo que me pasó? —Le pregunto con cautela.

Frunce el entrecejo.

—¿Por que? ¿No te acuerdas?

Niego con la cabeza.

—¿Recuerdas que estábamos hablando en la cocina y luego fui al baño?

Asiento y la verdad es que a penas lo recuerdo.

—Fui al baño de arriba, tarde unos minutos y luego bajé. Cuando entré a la cocina, estabas tirada en el suelo. Intenté levantarte y habia sangre en tu cabeza. Creen que fue directamente un desmayo...

—¿Y Laura que estaba haciendo? — Pregunto de golpe interrumpiendo.

Veo que su mirada vacila.

—Ella me ayudó cuando se dió cuenta de lo que había pasado.

Me acomodo en la cama y siento una molestia debajo de la venda de mi cabeza.

—¿Estás segura? — Insisto.

Asiente y traga saliva antes de hablar.

— ¿Por que preguntás?

—Porque desde que desperté siento un total rechazo hacia su persona y no se por que. Antes me caía mal y simplemente la toleraba. Ahora es distinto, no se por que, pero quiero tenerla lejos. —Le explico.

Mi prima se queda en silencio y simplemente me observa con cara neutra.

—Si tú supieras algo... ¿me lo dirías verdad?

Asiente pero su respuesta no es muy firme. Puedo estar paranoica por las drogas o simplemente algo me están ocultando. Mamá entra en habitación con dos vasos de café en las manos y nuestra conversación se da por terminada. Se sienta a un lado de la cama y volvemos a nuestra animada conversación.

Mi ánimo sube pero entonces el rostro de Benjamín viene a mi mente de golpe y doy un respingo. Hace 8 días que estoy internada y no sé nada de él. No puede negarse a venir y seguir escondido. Tal vez vino y no me dijeron nada. Mamá y Jess hablan animadas sobre el precio de la ropa en shopping cuando las interrumpo.

—¿Benjamín fue a casa a buscarme?

Ambas me miran perplejas.

— ¿Que? —Pregunta Jess levantando las cejas.

Siento molestia e incremento paciencia para volver a preguntar.

— Quiero saber si Benjamín fue a buscarme a casa y si sabe que estoy aquí. — Les digo con toda la calma posible.

El rostro de mi madre se pone peor que cuando dije lo de Laura.

—¿De que estás hablando Male? ¿Otra vez con eso hija?

Su voz suena irritada. Miro a mi prima y veo como una especie de lástima en su mirada. Niego con la cabeza sin saber que decir. Se acerca a mi y me toma de la mano mientras mi madre se cruza de brazos y deja que mejor ella hable. Es una insensible.

— Male... escucha... todos estos días, junto con tus padres y los míos estuvimos llendo y viniendo por tu hogar para buscar tu ropa o simplemente para que la casa no esté vacía y en ese tiempo la única que fue a preguntar por ti fue Cecilia.

No puede ser. No es posible. Esto tiene que ser una broma... ¿Es que no le importo o que? ¡Tranquilamente podría estar muerta!

— Debe haber un error. — Suelto con voz nerviosa.

Mamá habla pero intenta no hacer contacto visual conmigo.

—Male... por favor... sé que estás enferma pero...

— Tía... — La interrumpe Jess en modo de advertencia.

— ¡No Jessica, no puedo verla así!

— ¡Pero tía, el doctor dijo que no debemos contradecirla en su estado!

Mamá cierra los ojos y veo que está al borde de las lágrimas ¿Que el doctor Sosa dijo que...? Se dirige a mi nuevamente.

— Malena, intenta concentrarte hija...

Intenta tomarme de la mano pero me aparto.

—Escúchame... los doctores están seguros y nosotros también creemos que este muchacho que ves, es un síntoma del tumor. Es normal que pase y es mejor si conoces la verdad.

Ambas se me quedan mirando esperando una respuesta de mi parte. Solo tengo una sola cosa para decir.

—Ustedes están mal. Él es real y nos amamos. Cuando lo vean pasar por esa puerta, tendrán que pedirnos disculpa a ambos.

Ambas se quedan en silencio. Luego mamá se levanta y sale a paso acelerado de la habitación. Jess se acerca, me abraza y en sus brazos siento la profunda lástima que siente hacia mi. Pero me importa una mierda lo que todos digan. Yo sé que él vendrá a mi.

¡Lo voy a esperar hasta que me muera!

Mi maravillosa creaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora